Hay un melón que nadie se atreve a abrir en el Atlético y que tiene como protagonista a uno de sus mejores jugadores de la última década: Jan Oblak. El portero esloveno ha empezado la temporada una vez más como indiscutible portero titular en todas las quinielas y pocas voces, al menos en público, ponen ese estatus en entredicho. Pero… ¿se debería poner?
El asunto es espinoso por varios mot
ivos. Se trata de la siempre delicada posición de portero y hablamos de un futbolista que quizá es el mejor en su posición en la historia del club -lo tendría que consultar con mi compañero Pablo Brotons, la enciclopedia del Atleti- y que seguro fue el mejor del mundo en algún tramo de su carrera y al menos top3 durante mucho tiempo. Pero
estamos en 2024 y el tiempo pasa para todos
.
Si abro el debate no es porque su bajón de rendimiento sea algo puntual. En ese caso sería injusto. La pérdida de nivel de Oblak ha sido algo progresivo en las últimas temporadas. Como venía de volar tan alto,
ha seguido manteniendo un nivel de notable alto
durante todo este tiempo. Y como no tenía una competencia a su altura, no había forma de discutirle. Pero ahora sí que el Atlético parece tener un portero suplente de garantías. Hay que verle más, sólo faltaría, pero
Musso
dejó buenas sensaciones en
San Mamés
y es internacional con la selección campeona del mundo. Por lo visto en Bilbao, tiene unas virtudes que pueden venir bien a su equipo. Por lo que
Simeone
dijo de él, uno tiene la sensación de que le gusta.
A lo mejor ha llegado el momento de una solución intermedia: un portero para
LaLiga
y otro para la
Champions
y la Copa. Que Oblak sienta que esta vez sí que tiene competencia de verdad. Con 31 años, tiene carrete para rato… pero tiene que ‘volver’.
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