El Mallorca de Jagoba Arrasate es un equipo disfrutón para los mallorquinistas. Hay un dato que lo evidencia: marca más de lo que recibe. Ha anotado nueve goles y ha recibido ocho después de jugar nueve jornadas. Tiene una diferencia de goles positiva. No es un dato baladí, pues el equipo bermellón está acostumbrado a encajar más de lo que marca. Y es algo en lo que hay que remarcar su importancia tras un inicio soñado con catorce puntos en nueve partidos y ocupar una privilegiada séptima plaza.
Desde la temporada 99-00 hasta la actual, 24-25, solo ha llegado a la novena jornada con un balance positivo de goles en cuatro ocasiones en la élite del fútbol español. La primera en la 02-03 (+3), la segunda en la 07-08 (+5), la tercera en la 09-10 (+7) y la cuarta esta (+1). En aquellas temporadas clasificó noveno y ganó la Copa del Rey, quedó séptimo y ocupó la quinta plaza, respectivamente. Números que invitan a soñar aunque contengan su carácter ficticio, pues todavía queda mucha temporada por delante.
Un equilibrio fundamentado en la portería
Las cifras goleadoras del Mallorca son aceptables y no notables, marca de media un tanto por partido, por eso este balance positivo se fundamenta sobre todo en la portería. Ha encajado ocho goles, menos de uno por partido. Es una cifra especialmente baja. Este curso sólo reciben menos goles el Atlético de Madrid,el Real Madrid y el Getafe. Y, en el cómputo global de las temporadas en primera división de este siglo, el equipo bermellón solo presenta una campaña con cifras defensivas mejores. Fue en el año 2006-07, que solo recibió cinco tantos en las mismas alturas del campeonato.
Estos ocho tantos encajados no se entienden como un equipo al que es difícil chutar, ya que es el cuarto equipo de LaLiga que más disparos recibe. Las paradas de Leo Román y Dominik Greif suman treinta y una, serían el segundo cancerbero con más paradas de primera, solo por detrás de Joan García con cuarenta y cuatro. Este Mallorca ha encontrado el equilibrio positivo.