Echar la vista atrás es bueno a veces. Sobre todo, cuando necesitas recordar la última vez que fuiste feliz. En el caso de la UD Las Palmas, la última vez que logró una victoria. Los isleños tienen que remontarse al 10 de febrero para rememorar el dulce sabor del triunfo. Fue ante el Valencia, rival con el que se vuelve a ver las caras el lunes. Mucho, o casi todo, es nuevo. Las Palmas ha remodelado casi la totalidad de la plantilla, comenzando por el entrenador. Pero mirar hacia aquel dorado febrero le puede dar una pizca de moral al equipo canario.
Ciertamente solo es una fecha en el calendario. Una cifra. Un recuerdo. Ocho meses -22 partidos- en los que la afición no ha visto a su equipo ganar. Del blanco al negro. De soñar con Europa a tener pesadillas por el descenso. Se fue García Pimienta y Carrión duró lo que tardó en llegar el otoño.
La solución
Diego Martínez es la solución que pone encima de la mesa la directiva. Por delante, tres estaciones y 29 paradas para lograr el objetivo de seguir entre los mejores. No es tarea sencilla.
En la isla se aferran al tiempo, al espacio y a los números. Esos que dieron victorioso al amarillo en febrero ante el Valencia, pero que le han sido esquivos desde entonces. Comenzar la racha donde acabó. Cerrar un ciclo para empezar otro. Álex Suárez y Marc Cardona hicieron los goles esa tarde. El defensa estará. Marc, quizás tenga minutos. En el primero de Diego Martínez en el banquillo el del nueve es un debate. Incógnitas hay muchas.