El Athletic cierra el miércoles de adelanto liguero por la Supercopa con la victoria que llevaba más tiempo buscando en el torneo. El equipo de Valverde rompe una racha de 18 partidos consecutivos sin ganar al Real Madrid en Liga. En ese tiempo se habían dado 15 derrotas y 3 victorias. Los leones salieron adelante con goles de Berenguer y Guruzeta, que son buenos aliados en las grandes peleas, y una gran intervención de Agirrezabala a un penalti lanzado por Mbappé.
El triunfo en uno de los tres clásicos que tiene LaLiga lo encarriló la firma del de Barañain, que fue la apuesta de Valverde para el frente de ataque, aunque en más de una oportunidad cambió su posición con Iñaki Williams. Berenguer, insistente y convencido, rozó el gol en la primera mitad y encontró el premio en la segunda. Lo celebró alborozado y dirigendo la mirada y sus primeros gestos a la zona en la que estaba su familia. Allí recibió el regalo su esposa, embarazada de la primera hija de la pareja.
Berenguer hizo un trabajo que se le da bien porque es un tipo que sabe lo que es cambiar la historia. El pasado mes de abril un gol suyo en la tanda de penaltis permitió levantar al Athletic la Copa del Rey después de seis intentos. En aquella tanda brilló de igual modo Agirrezabala. El portero repitió protagonismo al detener el penalti que le lanzó Mbappé, cuando Berenguer ya estaba fuera del partido al ser sustituido. Simón, suplente ante el Real Madrid, e Iru, preparador de porteros, celebraron con ganas la parada del portero donostiarra.
El triunfo guardó un segundo acto decisivo ya que la secuencia del gol de Berenguer y la parada de Agirrezabala se entrelazó con el empate de Bellingham. El partido entraba en esos momentos que acostumbra a dominar el Real Madrid, pero el Athletic tenía a otro de sus habituales. Guruzeta, que había suplido a Berenguer, demostró que no hay mejor ataque que una buena defensa: interfirió en la salida de Fede Valverde y encaró con ventaja a Courtois para clavar la segunda daga. El pichichi del equipo la pasada campaña no quiso faltar a la fiesta.