Poco podía imaginar el Atlético hace 31 años, cuando Simeone tiraba de fe y de carácter para empatar en el minuto 74 y para acabar de dar la vuelta al gol inicial de Moacir en el minuto 89 (el primero de sus dos dobletes con la camiseta del Sevilla), que estaba descubriendo las señas de identidad de la mejor época de su historia. Mediaría, unos meses después, el consejo de Luis Aragonés al argentino de que no dudara en aceptar la oferta rojiblanca, antes de enseñar toda su pasión convertido en uno de los grandes artífices del inolvidable Doblete de la temporada 95-96. Hoy, ese espíritu competitivo que ha conseguido imprimir al club desde que se sienta en el banquillo vuelve a lucir como en sus mejores días.
Pese a que El Cholo ganaría el último de sus ocho títulos como entrenador rojiblanco (su segunda Liga, la del curso 20-21) con una evidente variación de su estilo (condicionada también por el tipo de jugadores), las últimas ocho victorias devuelven a la imagen del Atlético de sus primeros años. Aquel que apenas concedía atrás para acabar siendo el equipo menos goleado, aquel en el que todos iban a una, aquel ante el que no deseaba jugar ningún rival y aquel que mataba tanto a la contra como haciendo valer su potencial ofensivo.
De hecho, la primera vez que el Atlético encadenó ocho triunfos consecutivos sería precisamente en la campaña que lo cambiaría todo, la que serviría de aviso a los grandes de que se iba a acabar su duopolio. También la que pondría fin a 14 años de humillaciones frente al eterno rival. La que empezaría con 13 victorias entre agosto y octubre y la que concluiría con la conquista de la Copa del Rey ante el Madrid en el Santiago Bernabéu.
La segunda vez, a la campaña siguiente, también emparenta la racha actual con otro curso que permanecerá para siempre en el imaginario rojiblanco, pues los de Simeone encadenarían justo ocho triunfos unos meses antes de levantar la Liga y disputar la final de Champions de Lisboa.
No se trata, en todo caso, la racha que el Atlético está en disposición de igualar hoy, pues en el ejercicio 2015-16, el que concluyó en Milán con otra nueva cita acariciando la Orejona, los rojiblancos llegaron a ganar nueve partidos sucesivamente, casi a las mismas alturas de ahora, entre noviembre y diciembre.
Un ‘imposible’ hispalense
Tampoco podía imaginar el Sevilla que el joven que, de la mano de Bilardo, conseguiría conquistar al Sánchez Pizjuán en plena época de Suker y Maradona, acabaría convirtiéndose en un imposible tras colgar sus botas y emprender su carrera en los banquillos. Así, casi 13 años ya desde que Simeone tomara las riendas del Atlético, el conjunto hispalense continúa sin ganar en LaLiga en Madrid, ya fuera en el Calderón o en el Metropolitano. Cierto es que llegó a sumar cinco empates, pero tras 12 visitas el casillero de victorias sigue a cero. De hecho, el triunfo en los cuartos de Copa de 2018 constituye toda una excepción, pues aún habría otras dos comparecencias en el torneo del K.O. que caerían para los rojiblancos, en las semifinales de 2013 y en los cuartos del ejercicio pasado.
Unos precedentes que no convierten al estadio rojiblanco en el más propicio para que el Sevilla inicie una dinámica ganadora que le lleve a volver a ser lo que era, como la que ha convertido al Atlético en el equipo del momento.