Es el peor momento de la temporada y Rubén Baraja lo sabe. El entrenador del Valencia ha organizado una comida de hermandad en un restaurante cercano a la Ciudad Deportiva de Paterna con la plantilla y el cuerpo técnico para aunar fuerzas de cara al trascendental partido entre colistas que se jugará este viernes en Valladolid. Las aguas bajan más que revueltas y los resultados no llegan, pero el técnico quiere mantener el buen rollo entre el equipo para evitar que la plantilla pierda la confianza.
Dentro del vestuario se han empezado a escuchar voces, en privado, que discrepan de algunas de las decisiones del entrenador y el hecho de que el equipo no gane y no evoluciones ha generado que el ambiente no sea el mejor. Baraja pelea para que la cosa cambie y pese a que tiene un ultimátum del club en Valladolid, no ganar sería decir adiós definitivo a la confianza de la entidad en su trabajo, cree que puede darle la vuelta.
Rubén Baraja ha atendido al micrófono de El Chiringuito y ha afirmado que “juntarnos siempre es positivo y nos da buen ambiente” además ha añadido que “la confianza siempre tiene que estar arriba”, refiriéndose al partido frente al Valladolid en Pucela. Esta no es la primera comida de plantilla organizada por el entrenador. A mediados del mes de septiembre, Baraja reunió a los suyos para escenificar el regreso a la disciplina del equipo de Rafa Mir tras el terremoto generado entorno al delantero que fue acusado de agresión sexual y apartado del equipo.