El Valencia ya está valorando la posibilidad de destituir a Rubén Baraja tras la derrota del equipo ante el Valladolid que confirma la peor racha de su historia en 15 partidos. El equipo suma 10 puntos en 15 encuentros y, aunque le faltan dos jornadas por disputar, se encuentra colista en la clasificación con malas sensaciones tras las tres últimas derrotas consecutivas.
En ningún momento de la temporada, que ya arrancó torcida con cuatro derrotas y un empate en las cinco primeras jornadas, el Valencia ha mostrado un respaldo público contundente, aunque sí lo hacía en cierta manera en privado. Ese mensaje ya ha cambiado. Ahora, fuentes del club manifiestan que hay una gran preocupación por una situación “complicada” y que se están analizando “todos los escenarios”.
En realidad, solo hay dos escenarios posibles en este momento: mantener la confianza en el técnico que renovó el pasado verano, ante la inminencia de los dos próximos partidos (Espanyol, uno de los encuentros aplazados, es el miércoles 18 y Alavés, el domingo 22) o destituir al técnico. Sin embargo, ninguno de los dos escenarios dependen de la ejecutiva local valencianista, sino del principal accionista, Peter Lim. En primer lugar porque se trata de una decisión de un gran calado económico (la indemnización de unos 5 millones de euros al técnico). Y en segundo lugar porque esta decisión debería venir acompañada de la propuesta de un recambio para el banquillo. El mensaje del club tiene que ver más con que lo que le van a proponer es el despido del técnico.
Baraja ya ha dicho que sus números “son indefendibles”, pero también ha expresado que se siente con fuerzas para continuar adelante con el proyecto. El técnico vallisoletano, que llegó al club en una situación tan crítica como la actual en 2023, salvó al equipo esa temporada, y lo clasificó en novena posición la pasada temporada. Sin embargo, este curso no ha salido de los puestos de descenso desde que arrancó la campaña.