Es un triturador de entrenadores. A miles de kilómetros de distancia, Peter Lim se ha convertido en un dueño al que los entrenadores le duran un abrir y cerrar de ojos. Desde la marcha de Pizzi, al que despidió antes de llegar al accionariado para poner a su amigo Nuno Espíritu Santo hasta la destitución de Rubén Baraja, la leyenda del doblete que llegó como escudo para un dueño ‘odiado’ en la ciudad.
Lim lo ha probado todo, pero su falta de interés e inversión y el hecho de dejar a la deriva el club con directivos de quinta división, ha provocado un baile de entrenadores que tiene al Valencia muy cerca de segunda división. Hasta once técnicos han pasado por el banquillo desde que el dueño se hiciera con la propiedad de la mayoría accionarial y todos han salido por la puerta de atrás.
Unos decidieron marcharse como les pasó a los italianos Prandelli y Gattuso. Se sintieron engañados por el dueño y otros directamente se bajaron del barco hasta que fueron destituidos como el caso de Gracia. Con Marcelino y Bordalás al duelo le molestó que pidieran públicamente implicación (cada uno a su estilo) y a otros, simplemente, se los llevó la corriente de resultados como a Ayestarán, Neville o al propio Baraja.
Nuno Espirito Santo, Gary Neville, Pako Ayestarán, Cesare Prandelli, Marcelino García Toral, Albert Celades, Javi Gracia, Bordalás, Gattuso y Baraja. Once entrenadores diferentes, de escuelas casi antagónicas y que no han aguantado en un club que vive los peores momentos de su historia.
Un club sin rumbo
El Valencia es el segundo equipo que más ceses y dimisiones a mitad de temporada ha tenido en la historia de la liga solo superado por el Atlético de Madrid, que curiosamente en la última década ha mantenido al mismo técnico al mando. El Valencia ha cambiado de entrenador durante la competición en 43 ocasiones, por 52 del equipo colchonero. El tercero de la lista es el Espanyol con 37 cambios.