David Alaba ya está de vuelta y en el calendario marcado en Valdebebas figura que el austriaco vuelva a la dinámica de grupo a partir del 30 de diciembre, es decir, en el regreso al trabajo del equipo dirigido por Carlo Ancelotti. Atrás quedarán un año y trece días de duro trabajo en solitario que siempre supone la recuperación de una lesión y más cuando se trata de la temida lesión de ligamento cruzado anterior.
Alaba es de esos futbolistas de peso dentro del grupo, al margen de lo mucho que ha aportado a los éxitos recientes del Real Madrid. Su rapidez al cruce como esa clarividencia que tiene en la salida de balón, acompañado del toque privilegiado que tiene, le convierte en algo más que un simple jugador para Ancelotti y para el resto del grupo.
La lesión sufrida por el central fue un mazazo para el vestuario blanco. Llegó cuatro meses después de la de Militao, que ahora vuelve a estar alejado de los terrenos de juego por el mismo motivo. Los que han estado a su lado durante la larga recuperación hablan de una entrega total y absoluta con el único objetivo de volver a sentirse futbolista y poder ayudar al Real Madrid, club y equipo con los que se identificó desde el minuto uno en el que se puso la blanca camiseta madridista.
Trabajo absoluto y adaptación
Ahora tiene por delante un tiempo para adaptarse a otro tipo de esfuerzos y, sobre todo, adquirir el ritmo y la confianza necesarias para poder volver a jugar y ayudar al equipo sobre el césped. Será de manera progresiva y sin ninguna urgencia, siendo el propio Alaba el que marque el momento, de común acuerdo con Ancelotti y el cuerpo médico.
Alaba cumple su cuarta temporada como jugador del Real Madrid y todavía le resta un año más de contrato. Suma 101 partidos como madridista, dos campeonatos de Liga, otras tantas Champions y Supercopas, tanto de España como de Europa, y una Copa del Rey.
La importancia de un jugador como él, también quedó demostrada con la selección austriaca, que aunque no podía participar sobre el verde, en todo momento estuvo al lado de los suyos en la Eurocopa y en algunos partidos, como punto de apoyo, tanto para los compañeros como para el propio seleccionador, algo que también se ha repetido muchas ocasiones en el Real Madrid.