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Son (y serán) tiempos difíciles, así que no está de más llevarse de vez en cuando una alegría. Aunque el asunto haya tenido más repercusión en Portugal que en España, lo cual tampoco parecía complicado teniendo en cuenta la que ha tenido aquí.
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Resulta harto dudoso que uno solo de los interpelados supiera que iba por ellos la canción que estaba sonando, para eso necesitarían un bagaje cultural que no tienen, pero basta con que lo hayamos sabido los demás. Porque el fascismo no se discute, se combate, y en ese momento concreto la manera más inteligente de combatirlo, a falta de una ley sin grietas y de unas fuerzas de seguridad con ganas, era la que utilizaron desde la megafonía de Balaídos unos genios a cuyos pies se pone esta columna desde ya. ¿Queréis música? Tomad música. ¿Nos traéis vuestro ‘Cara al Sol’? Llevaos nuestro ‘Grândola, Vila Morena’…
Contexto, por si alguien andara despistado aún: los ultras del Betis se presentaron el sábado en Vigo con lo mejor de cada casa. Como no les da para más, habían decidido que merecía la pena recorrer los más de 700 kilómetros que hay desde Sevilla para tirar de repertorio nazi en cuanto a saludos y cánticos, avergonzando a una hinchada modélica que no merece tal representación por menor que ésta sea. Es en ese sentido el heliopolitano uno más de los numerosos clubes españoles que no pueden o no saben acabar con unos radicales implicados en numerosos incidentes en los últimos tiempos.
Para muestra, dos botones. No hace un mes siquiera, la Policía Nacional evitó lo que hubiera sido pelea multitudinaria entre ultras del Betis y del Alavés. Habían quedado al efecto, por lo visto sin nada mejor que hacer, pero fueron localizados y neutralizados antes de que procedieran. En octubre de 2023 sí llegó a producirse la que el propio Ministerio del Interior definió como «riña tumultuaria», en este caso con un grupo de Osasuna, viralizada por la imagen en la que varias personas golpeaban con palos de madera a otra que se encontraba inconsciente en el suelo. Meses después, se anunciaron 84 detenciones. Sí, 84.
Pero a lo que vamos. A lo del fin de semana. A ese momento delicioso después del encuentro (perdió ‘su’ Betis, que lo mismo ni se han enterado) en el que ya sólo quedaban los muchachos en la grada (a juzgar por la ausencia de referencias en su informe, el director de partido que pone LaLiga también andaba camino de casa) y en el que alguien tuvo la brillante idea de responder a las bravatas con el ‘Grândola’, esa canción compuesta por José Afonso cuya emisión radiofónica estuvo entre las señales utilizadas por el Movimiento de las Fuerzas Armadas para poner en marcha la Revolución de los Claveles que puso fin a la dictadura de Salazar en Portugal. Se cumplirán en noviembre 50 años y desde entonces tiene carácter de himno antifascista.
«Em cada esquina um amigo, em cada rosto igualdade, Grândola, vila morena, terra da fraternidade…»
Lo de Balaídos no es nuevo, por cierto, aunque suele ser durante el descanso del choque en cuestión cuando tiran de catálogo. Eclécticos en lo musical, lo mismo te ponían el ‘Fai un sol de carallo’ de Os Resentidos cuando apretaba Lorenzo que te ponen el ‘Escándalo’ de Raphael cuando consideran que el arbitraje no les está precisamente beneficiando. A los amantes de pedir taxi alzando el brazo, de hecho, ya les habían despachado en el entreacto el ‘Bella Ciao’, canción popular utilizada por los partisanos italianos en la lucha simultánea contra la ocupación ajena y el totalitarismo propio. Doblete, pues.
Ojalá no hubiera nazis en las gradas (ojalá no hubiera nazis en general), pero ya que los hay…