
Tiene 31 años y acaba de llegar al Valencia. Pero Luis Rioja se ha convertido en un soporte clave para que el vestuario no se derrumbara. Acostumbrado a pelear por los puestos bajos de la tabla, el andaluz fue fundamental en los malos momentos, sobre el césped y tras las paredes de la Ciudad Deportiva. Siempre confió en la salvación y perdió media vida haciendo de padre de los más jóvenes para que n o se perdieran en la frustración de los malos resultados.
¿El objetivo ha cambiado?
«Yo siempre pienso que el objetivo te lo marca la temporada. Empezamos muy mal y pusimos la salvación como objetivo. En las últimas semanas hemos pegado un salto, pero ahora no tenemos que desviar la atención. Tenemos que sellar el objetivo principal. Hemos estado muchas jornadas en descenso y sin ganar. Ahora hemos abierto un nuevo panorama. Tenemos que ir al campo del Rayo y ganar. Y cuando certifiquemos la permanencia… a soñar. Si cumples el objetivo se abre el abanico.
¿En el vestuario se mira ya a los de delante?
«Al final es que estamos a seis de Europa pero tenemos cuatro o cinco equipos hasta el puesto octavo. Tienen que fallar muchos. Es normal la euforia con los resultados y la racha, pero primero hay que sellar la permanencia. Nos falta un pasito».
Pelear por la permanencia y la importancia de su figura
«He intentado que todos rememos en la misma dirección. En los momentos complicados es lo principal. Cuando se desvía la atención y te frustras lo tienes perdido. Yo he tenido la mala suerte de luchar siempre por los puestos de bajo y tienes más experiencia y calma. Hemos intentado los veteranos que la gente no perdiera la calma. Decirles que se podía… y mira si se puede. Ahora ya me preguntáis por Europa y no por el descenso.
Lograr la permanencia y dejarse llevar
«A nivel personal yo no me dejo llevar ni en los amistoso. Me gusta competir al máximo y prefiero quedar el diez antes que el once. Tenemos que dar la cara por el escudo hasta la jornada 38, independientemente del objetivo. Esa debe ser la mentalidad de afición, vestuario y club.
Carrilero derecho
«Es cierto que toda mi carrera la he jugado como extremo izquierdo. Ahora estoy cómodo y siempre tengo que ayudar dónde me diga el míster. Hasta ahora los resultados le dan la razón al míster y la clave es aportar lo máximo. No es incómodo para mí y me estoy adaptando bien».
Veterano en vestuario joven
«Me siento el padre totalmente. Es que hay veces que lo soy. Tenía claro desde el minuto uno que nos íbamos a salvar. Veía el potencial y sabía que éramos mejores que muchos otros equipo. Cuando te sacudes los golpes tenemos mucho potencial. Intentaba que los jóvenes creyeran. Cuando te dan un golpe y entras en frustraciones el fútbol no te lo permite. Si agachas la cabeza los golpes no te dejan de llegar. Levantar lo que hemos levantado era complicado y lo hemos hecho en tiempo récord. Hemos dado pasos de gigante».
Empezar con Europa como objetivo
«Sueño con ello. Eso es lo más grande para un jugador que el equipo crezca y juegue las máximas competiciones posibles. Claro que me gustaría ser más ambicioso, pero la realidad ha sido diferente. Yo sé al club que vengo. Uno de los mejores de la historia de esta Liga. La competición nos llevó a un objetivo por el que ninguno queremos pelear. El objetivo te lo marcan los puntos que logras. Ganar al Rayo y que el sábado a las cuatro el equipo tenga tres puntos más. Escalar posiciones es el objetivo».
Un potencial escondido
«La plantilla es la misma prácticamente. Si tenemos potencial ahora lo teníamos en la jornada uno. El potencial estaba. Por una cosa o por otra no lo sacamos, pero se está demostrando que estábamos para lo que este club exige. No sé si influyó el entrenador. Baraja salvo al equipo de una situación muy jodida. Son entrenadores totalmente diferentes. Apuntar a una sola persona no es lo más acertado».
¿Cómo está físicamente?
«Me estoy encontrando muy bien. Intento trabajar para estar lo más fresco posible para el fin de semana. Me exijo mucho cada día. Tengo mucha energía».
Más ambición
«Ambición es una buena palabra. Este año no empezamos con buen pie y arrancamos la temporada muy mermados. Tenemos que enganchar al mayor número de gente posible. Nos faltó algo de ambición y debemos dar el salto para que la afición se enganche rápidamente. Estábamos con la cabeza caída y el míster llegó con más energía. Jugadores menos habituales se intentan enganchar para luchar por el objetivo. Carlos pide mucho diariamente y gracias a Dios ha sabido cambiar los resultados.