
Durante la rueda de prensa para hacer balance de la temporada 2024-25, el presidente del Sevilla, José María del Nido Carrasco, fue cuestionado acerca de cómo afectarán los resultados deportivos a la construcción del nuevo estadio Ramón Sánchez- Pizjuán. «No tiene nada que ver porque el estadio hoy se encuentra con todo el trámite urbanístico y un proceso de análisis de cuáles son los negocios, es decir, la explotación de los locales y los metros comerciales que va a tener el nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán«, actualizaba el dirigente blanquirrojo.
Según informó el Sevilla en su día, las obras del nuevo estadio darían inicio el 1 de julio de 2026 y durarían dos años, obligando al equipo a trasladarse a La Cartuja en este periodo. Con una inversión aproximada de entre 300 y 350 millones de euros, Del Nido Carrasco también aclaró el tema de la financiación del proyecto: «La idea es que el crédito se pague con el incremento de ingresos que genere esa nueva zona y esa explotación del estadio con las nuevas localidades, las nuevas zonas VIP y esos locales comerciales, con lo cual no va a afectar al campo. Es una de las premisas del Consejo de Administración, no sacar dinero del campo para echárselo al estadio, que se autofinanciaría».
El 4 de diciembre 2023, con motivo de la Junta General de Accionistas, el Sevilla presentó el anteproyecto del nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán, con la idea de cubrir «demanda ya histórica y necesaria de sus aficionados y adecuar sus instalaciones a los tiempos actuales». La reconstrucción pretende ampliar la capacidad del recinto de 43.883 a 55.000 espectadores y generar un espacio público urbano, «sin olvidar la historia del lugar, del barrio de Nervión y respetar de los momentos de gloria que ha dado al sevillismo el actual estadio», expresaba el comunicado de los medios oficiales del club.