
El fútbol tiene momentos donde no es todo color de rosas. Surgen situaciones desafortunadas que impiden disfrutar del deporte que todo jugador ama. Así le ha pasado a Erik Lamela. El futbolista, ex de equipos como Tottenham o Sevilla, ha colgado las botas este viernes, 15 de agosto, y lo ha comunicado mediante una carta emotiva publicada en sus redes sociales. «Les quiero contar que tomé la decisión de terminar con mi carrera profesional, es una decisión que la pensé mucho tiempo y bueno, finalmente llegó la hora», ha indicado.
La decisión viene marcada por la tortura que lleva viviendo durante años: «Tengo problemas en las caderas, hace 11 años que comenzaron y en el 2017 fui operado de ambas siendo la izquierda la más afectada». Un problema del que nunca llegó a recuperarse, teniendo que tomar otras medidas para poder disfrutar del fútbol. «Tener dolor, jugar y entrenar con molestias pasó a ser algo normal en mi día a día. Hace cinco años que tomo pastillas cada partido para poder competir en mejores condiciones», ha asegurado.
Tener dolor, jugar y entrenar con molestias pasó a ser algo normal en mi día a día
De hecho, la situación llegó a afectarle también en los entrenamientos con el AEK Atenas. «Este año cambiaron las cosas, no aceptan mi manera de entrenar y lo entiendo perfectamente, por eso mi acuerdo mutuo con el club para terminar de la mejor manera», ha señalado, llevando a la decisión final de acabar con su dilatada carrera.
Aun así, no se va a desvincular de los terrenos de juego. Erik Lamela continuará desde los banquillos de la mano de Matías Almeyda, actual entrenador del Sevilla, volviendo a la que fue su casa pero como parte del cuerpo técnico. «Aprovecho para agradecer en público a Matías Almeyda por permitirlo y a mis compañeros por aceptarlo», ha concluído.
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