
Los jugadores del Valencia aceptaron con resignación la bronca de los aficionados blanquinegros tras el pitido final del encuentro. El equipo de Corberán cayó goleado 6-0 en el estadio Johan Cruyff en un partido desastroso desde la dirección del banquillo hasta la ejecución sobre el terreno de juego. En el estadio provisional del Barcelona, mientras se autoriza la apertura del Camp Nou tras la remodelación, se habían desplazado 290 aficionados del Valencia, que habían conseguido las entradas facilitadas (a 30 euros cada una) por el club azulgrana para la grada visitante.
En los momentos previos al encuentro y también durante algunas fases con el juego ya iniciado, hubo ocasiones en las que se escuchó más a la afición visitante que a la local (menos de 6.000). Pero conforme iban cayendo los goles del equipo de Hansi Flick se fue silenciando a la grada visitante. De hecho, hubo un momento que la grada local cantó “Peter, quédate”, parodiando el “Peter, vete ya”, que los valencianistas cantan en el minuto 19 en señal de protesta por la gestión del principal accionista, Peter Lim.
Tras el 5-0, ya empezaron a verse a algunos aficionados de ese sector abandonar su localidad. Pero quedaban unos 200 tras el pitido final. Y hacia ellos se dirigieron los jugadores del Valencia cabizbajos tras otra goleada de escándalo ante el Barcelona (18-1 en los tres últimos partidos). Mientras Agirrezabala se acercaba hasta el fondo para regalar su camiseta a un niño que se la pedía con una pancarta de grandes dimensiones, el resto esperaban a unos diez metros del fondo escuchando serios los mensajes que llegaban desde la grada.
La secuencia duró unos segundos. Dejaron que los valencianistas se desahogaran y al cabo del rato se giraron y se fueron algunos aplaudiendo y agradeciendo el apoyo.
English
Français
Español 



