La victoria del Rayo ante el Lech Poznan en la Conference League fue de todo menos tranquila. Por lo que pasó en el campo… pero sobre todo por lo que sucedió fuera del verde del Estadio de Vallecas.
Un ‘partido’ que no duró 90 minutos. 24 horas antes de que el colegiado pitase el fin del partido, el barrio madrileño fue una locura, con máxima tensión desde que al Lech Poznan se le ocurrió que era buena idea grabar un vídeo en el vestuario del feudo vallecano mofándose de las instalaciones… y hasta de las toallas cedidas por el Rayo.
Vamos a analizar, punto a punto, todo lo que rodeó al duelo entre Lech Poznan y Rayo Vallecano de la Conference League, que si bien terminó feliz en cuanto a la clasificación por los tres puntos puede dejar un poso de ‘guerra civil’ en el vestuario tras la tremenda discusión entre Íñigo Pérez y Balliu en pleno banquillo.
Estas 24 horas de locura, tensión y hasta violencia arrancaron con un vídeo que el Lech Poznan grabó para sus redes sociales en el que se mofaba del vestuario del Rayo.
Las imágenes recorren la caseta visitante de Vallecas con un tono entre la sorpresa y la ironía. El narrador polaco habla de “una reliquia del pasado” y presenta el espacio como un vestigio de otro tiempo: cajas de cartón con botellas de agua, la obligación de que cada club lleve sus propias toallas y una sala táctica con “una silla de plástico, como las de jardín”. En el punto álgido del vídeo, cuando buscan cómo encender la lámpara, se rinden: “Aquí no hay ninguna lámpara. Aquí no hay luz”.
La atónita reacción del Lech Poznan al ver los vestuarios del Rayo: «Como en los años 80…»
Un vídeo que desde el Rayo se tomó como una forma de reírse de un club humilde, sensación que tuvo la afición vallecana pero también su presidente, Martín Presa, que al acabar el partido fue contundente al respecto: “Es miserable e incalificable. Aquí se han cambiado Cristiano y Messi y no han puesto ninguna pega. Y ningún jugador del Lech Poznań tiene la altura deportiva de ellos”.
La madrugada del martes al miércoles, un conocido grafitero y ultra del Lech Poznan, Kawu, que acumula más de 100.000 seguidores en Instagram, asaltó el estadio de Vallecas y en una de las paredes pintó la cabra que representa al conjunto polaco. Más leña al fuego.
Del vídeo del Lech Poznan sobre las peculiaridades del vestuario de Vallecas y del grafiti en el estadio se pasó a algo mucho más grave. La noche previa al duelo de Conference, las calles del barrio madrileño se convirtieron en un campo de batalla protagonizado por Bukaneros, grupo ultra del Rayo, y las diferentes facciones radicales de los hinchas del club polaco.
Bengalas, piedras, encapuchados, carreras a la caza del grupo rival, enfrentamiento directo y hasta asalto a algún local hostelero de Vallecas. Todo bajo la atónita mirada de los vecinos mientras la Policía Nacional se desplegaba con fuerza para tratar de contener la violencia ultra, con disparos al aire incluidos.
Terror ultra en Vallecas antes del Rayo-Lech Poznan
El número de detenidos y heridos por el momento, sólo uno en cada caso, no refleja la tremenda batalla que se vivió en los alrededores de la Avenida de La Albufera por espacio de poco más de 10 minutos.
Una «quedada», así calificada por el sindicato policial JUPOL, para pegarse que se llevaba gestando tiempo en las redes sociales y en los foros ultra. Pese a ello el terror se desató en las calles con los agentes tratando de detener la pelea como buenamente podían.
Un ultra del Lech Poznan se cuela en el estadio de Vallecas hace un grafiti y lo llena de pegatinas
Al día siguiente se preveía un día tenso por las calles de Madrid. La Policía se preparaba con un dispositivo especial de unos 400 agentes porque se esperaban unos 1.000 polacos, 250 sin entrada, por la capital de España.
Ni mucho menos pasó lo que el jueves. Afortunadamente. Más allá de las imágenes del tremendo despliegue policial para que no pasase nada entre ultras, escenas de radicales con sus caras de malos de película o cánticos ofensivos… no hubo altercados.
Los acontecimientos previos al duelo evidenciaban que el Rayo – Lech Poznan no podía ser tranquilo. Y en lo deportivo tampoco lo fue. Los polacos se pusieron 0-2 en Vallecas en el minuto 39 y tras el descanso se desató la tormenta.
En el minuto 55 Íñigo Pérez dio un golpe sobre la mesa e hizo un cuádruple cambio para tratar de revertir la situación. Y vaya que sí lo hizo… aunque habrá que esperar para ver las consecuencias.
El entrenador del Rayo quitó del césped de una tacada a Gumbau, Balliu, Trejo y Camello para dar entrada a Pedro Díaz, Ratiu, Isi y Alemao. Y ahí empezó otra ‘batalla’.
Íñigo Pérez y Balliu se encararon en el banquillo en una conversación muy tensa. La realidad es que el técnico franjirrojo hizo bien con los cambios, puesto que cuatro minutos después comenzó la remontada con el gol de Isi en el 59′ y que se culminó en el 94′ con el tanto de Álvaro García que hizo retumbar ‘La vida Pirata’ en el fondo del estadio de Vallecas.
Se podría pensar que la discusión entre Íñigo y Balliu se habría quedado ahí. Pero no. El entrenador del Rayo se marchó del estadio sin dar la rueda de prensa post partido y los jugadores se reunieron en el vestuario para tratar el tema… y para festejar el triunfo.
“Se hablarán las cosas, llegué tarde y no sé qué ha pasado. No me he enterado, hemos tenido una reunión y no hay que darle más vueltas”, afirmó Ratiu a los medios.
Raúl Martín Presa: «Es intolerable que un futbolista proteste por un cambio»
Parece que el encontronazo Íñigo-Balliu tendrá consecuencias, o eso es lo que considera Presa, presidente del Rayo, que tiene que suceder. «Es intolerable que un futbolista proteste por un cambio y es merecedor de sanción», afirmó en Radio MARCA.
Este viernes estaba previsto que el Rayo entrenase a puerta abierta en una sesión de trabajo en la que recibirían el apoyo de sus aficionados y con presencia de la prensa, pensando en el duelo de Liga del domingo ante el Real Madrid. Sin embargo, toda esta situación, tal y como se afirmó en Radio MARCA, ha desencadenado en que el entrenamiento será a puerta cerrada.
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