
El Levante está inmerso en su particular «operación volver», en cuestión de efectivos, de cara al importante choque de este próximo fin de semana, sábado 18:30 horas, en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid.
Con las bajas confirmadas de Pablo Martínez, por una lesión ligamentosa en el tobillo izquierdo; la de Carlos Espí, por una dolencia muscular en el bíceps femoral de la pierna derecha; y la sanción, por roja directa, de Unai Vencedor, el técnico del Levante, Julián Calero, intenta apurar todas las opciones en recuperar a más jugador para la causa.
Entre estos integrantes se encuentran dos que luchan por estar en plenas facultades en la capital de España. Oriol Rey e Iván Romero. El mediocentro catalán ha podido entrenar con normalidad, y a ritmo competitivo, después de superar un virus estomacal que le obligó a pasar una noche en el hospital, e incluso, a perder hasta cinco kilos de peso en apenas unos días.
El «20» granota, que se reincorporó junto al grupo a finales de la semana pasada, un día previo al choque ante el Celta de Vigo, aunque se quedó fuera por encontrarse débil físicamente, según apunta el club.
Por su parte, Iván Romero, que sufrió una lesión muscular en el sóleo de la pierna derecha tras recibir un golpe fortuito en una sesión el pasado mes de octubre, se ha incorporado al grupo para tratar de llegar al envite contra el equipo rojiblanco. Con pocas esperanzas de llegar en plenas facultades, la presencia del delantero ayudaría a Calero, tras la lesión de Espí, y luchar, aunque no de titular, por tener algunos minutos este fin de semana.
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