José Carrascosa (Valencia, 1957) reconoce que ha sido “cómplice” del secreto que le solicitaban algunos futbolistas de Primera división cuando pasaban por su despacho. “Ahora, esto ha evolucionado con la sociedad”, matiza. Pionero de la psicología deportiva en España, empezó como tutor en la residencia jugadores del Valencia en 1993, para después trabajar con vestuarios profesionales: Levante, Rayo, Sevilla y, en la última década ha formado parte del cuerpo técnico de Valencia, Athletic y Real Sociedad. Fundador de Saber Competir, equipo especializado en psicología deportiva, ahora empieza una nueva etapa con DV7 el grupo de David Villa, que ha creado el área de psicología, “como un complemento más de la formación integral del jugador, en las academias, en el CF Benidorm y como agencia de representación”, explica Carrascosa.
Pregunta. Empecemos por algo básico: ¿hay mucha diferencia entre la psicología y la psicología aplicada al deporte?
Respuesta. La gran diferencia es que la psicología, digamos, clínica, iría dirigida a resolver problemas o patologías y su usuario es un paciente. En deporte, la psicología hay que entenderla como un elemento más del entrenamiento. Tenemos que ir rompiendo ese tópico de que esto es para el deportista cuando encuentra problemas. No, esto va dirigido a todo deportista porque igual que ahora un futbolista tiene que ser un atleta con mucha calidad técnico-táctica, también debe tener una mentalidad de hierro y eso se enseña, se entrena y se aprende.
P. ¿Cuáles son los asuntos que más aparecen en su despacho? ¿Exceso de presión? ¿Ansiedad?
R. La emoción negativa más habitual en los vestuarios no es la ansiedad, es el enfado, la frustración. Enfado consigo mismo, con las circunstancias, con los compañeros, con el juego del equipo. Llega a ser un auténtico problema. Muy común también es que el deportista sienta un exceso de responsabilidad: hacerlo bien, no fallar, demostrar, convencer, la clasificación, la obligación de ganar los tres puntos, los objetivos de la temporada. Cuando todo eso pesa más que la esencia de la tarea, que es estar con los cinco sentidos en lo que hago, entonces no puedo rendir.
José Carrascosa, psicólogo deportivo, en la sede de DV7 Group.
P. ¿Se puede medir el peso tiene el factor mental en el rendimiento ?
R. Está estudiado que un jugador que no está bien emocionalmente puede rendir al 40% de su nivel.
Un jugador que no está bien emocionalmente puede rendir al 40% de su nivel
P. ¿Conoce casos de jugadores reacios a pasar por su despacho y que luego le han reconocido que se arrepienten de no haberlo hecho antes?
R. En ocasiones, los más preparados son a veces los que más demandan el trabajo psicológico. Una circunstancia que justifica el trabajo psicológico con los deportistas de hoy en día es que el joven de ahora está muy preparado, posiblemente el más preparado de la historia de la humanidad en cuanto a estudios, formación y nuevas tecnologías, pero esos jóvenes cuando encuentran dificultades dudan, agachan la cabeza y sufren. El joven de ahora es poco resiliente, también por las nuevas tecnologías, es más individualista.
P. En un deporte de equipo, mal asunto.
R. Además, por cómo educamos a los jóvenes, también son menos temperamentales. Antes en una plantilla podías tener siete u ocho jugadores, los que yo llamo calientes, temperamentales, sanguíneos, esos que les gustaba ir a la guerra, que es el duelo con el rival, y ahora en una plantilla, puedes tener tres. Por eso los entrenadores tratan de identificar al jugador diferente en cuanto a calidad, pero también al diferente en cuanto a competitividad, y esto vendría a justificar el trabajo psicológico.
Antes en una plantilla tenías siete u ocho jugadores temperamentales, que les gustaba ‘ir a la guerra’; ahora puedes encontrar tres
Marcelino habla con José Carrascosa en un entrenamiento del Valencia.
P. ¿Ha encontrado algún caso de futbolista profesional de éxito que haya reconocido que odie su trabajo?
R. Hay un perfil no mayoritario, pero sí bastante extendido, que es futbolistas a los que les apasiona entrenar, el juego, pero no llevan bien el entorno del fútbol: aficiones, medios de comunicación, representantes, todo ese ruido externo es la parte de su profesión que menos les gusta a algunos futbolistas.
P. ¿Y miedo a competir?
R. Sí, miedo a competir se da, se puede llegar a producir. Miedo a competir es que la dificultad y la exigencia se te apoderan y entonces te surgen dudas de si vas a ser capaz de dar respuesta, eso es miedo a competir. Podríamos definir qué es competir.
P. Empecemos por ahí, entonces.
R. Para mí competir supone todo un proceso de aprendizaje emocional que te lleva a la preparación óptima. Estar preparado para competir es estar preparado hasta para los imprevistos. Por tanto, gestionas bien la exigencia, la dificultad, la frustración, que el entrenador no te vea. Entonces, claro, tú tienes chavales con 17, 18 años con muy buenas condiciones, pero que esas condiciones las sacan de vez en cuando y con cuentagotas. Entonces, no; estar preparado para competir es sacar tu mejor nivel, sí o sí, siempre y bajo cualquier circunstancia. Esto es saber competir.
Saber competir es sacar tu mejor nivel, sí o sí, siempre y bajo cualquier circunstancia
P. ¿Cómo es el futbolista que sabe competir?
R. Hay un concepto que se ha puesto de moda que es el ‘flow’. Todo el mundo habla de fluir. Fluir supone un nivel de concentración tal que tu cabeza se sumerge en la tarea, la tarea te atrapa y entonces las decisiones surgen sin pensar. Como que ‘eres lo que estás haciendo’.
P. ¿Jugar sin pensar?
R. Ese jugar sin pensar requiere tener la cabeza limpia. Y más ahora que sabemos cómo funciona el cerebro: procesa la información de una manera muy rápida y certera cuando está absolutamente concentrado. Si en esa cabeza hay responsabilidad, miedo a fallar, urgencia, obligación, entonces no puedes jugar sin pensar. Parece que tienes que pensar para jugar y ahí el rendimiento cae en picado.
Cuando tienes que pensar para jugar el rendimiento cae en picado
P. Eso pasa cuando decimos, no técnicamente, que vemos a un futbolista que está liberado.
R. Sí, ellos dicen ‘me desato’. Cuando uno se desata es porque tiene la cabeza limpia y consigue un nivel de concentración máximo que también le ayuda a tener confianza, iniciativa y atrevimiento.
José Carrascosa, en un entrenamiento del Athletic, en Lezama.
P. ¿Qué señales pueden indicar que un futbolista necesita apoyo psicológico?
R. Cuando la gente ve falta de actitud. El futbolista está plano, lento, torpe, impreciso, eso se ve. Dices ‘no, es que encima no tiene actitud, es que no corre, es que pierde balones. Parece incluso peor de lo que es porque el nivel que está mostrando es muy bajo’. Eso es la cabeza normalmente.
P. ¿Se puede ser fuerte de carácter y débil emocionalmente?
R. No, te voy a matizar, porque esto lo he oído mucho en deporte. ‘Es que tengo mucho carácter. No, perdona; tienes mal carácter, no mucho carácter’. Si tienes mucho carácter eres resiliente, sereno, gestionas bien la exigencia y la dificultad. Si tienes explosiones de ira, entonces tienes mal carácter.
“Un jugador me dijo un día: ‘A ese hijo de puta, que yo lo atropellaría con el carro, lo quiero para mi equipo
P. ¿En algún vestuario profesional se ha encontrado compañeros que ‘no se tragan’ pero que tienen una excelente relación dentro del campo?
R. En las relaciones hablamos de cohesión interna. Hay dos tipos de cohesión, la social, que tiene que ver con las relaciones personales y la amistad, y el otro tipo es la cohesión en la tarea. Eso es cohesión en el terreno a juego. Y vamos juntos y matamos juntos, independientemente de la afinidad personal. Está claro que si hay afinidad personal es más fácil, pero no es imprescindible que haya afinidad personal para que haya cohesión en la tarea. Un día recuerdo a un jugador, no voy a nombrarlo, que me dijo: ‘José, eso en mi país no nos lo tienen que enseñar. Porque -me dice- a ese hijo de puta, que yo lo atropellaría con el carro, lo quiero para mi equipo’.
Una aplicación para evaluar las competencias emocionales
Uno de los aspectos que va a desarrollar José Carrascosa con DV7 Group es la aplicación Saber Competir Tool, que permite al usuario autoevaluar sus competencias emocionales: “Está dirigida a que uno tome conciencia de sus fortalezas y de los aspectos que tiene que mejorar. Hemos definido la preparación psicológica o el estilo de liderazgo de los entrenadores en cuatro tipos de competencias. Se contesta en un test online y, de manera inmediata, la aplicación te corrige y te da unos resultados y unas orientaciones personalizadas para esos resultados. El futbolista, portero o entrenador va a tener como una foto de cuál es su nivel de preparación, qué cosas domina y en cuáles debe mejorar. Esto a los clubes les va a venir bien también porque, además de identificar a los jugadores diferentes en cuanto a calidad, también podrán identificar a los jugadores más competitivos o jugadores que pueden mejorar a nivel psicológico”.
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