
Los jugadores del Betis aguantaron sobre el césped el lanzamiento de objetos desde la grada cuando el partido agonizaba. Querían terminar el trabajo y festejar un triunfo que tenían ya en el bolsillo. Aunque no les quedó más remedio que esperar un cuarto de hora, como dicta el protocolo que José Luis Munuera aplicó a rajatabla, para poder liberar toda la tensión acumulada y vivir una fiesta que se trasladó del césped al vestuario y concluyó en la Ciudad Deportiva Luis del Sol. La fiesta del derbi.
Los 600 aficionados béticos de la grada visitante y unos cuantos más repartidos por otras zonas del campo que se acercaron a esa zona tras el pitido final del árbitro disfrutaron de una enorme celebración de su equipo. Saltos, abrazos, alegría, cánticos… La emoción se desbordó en el escenario del partido y a ella, además de los jugadores que estaban en la convocatoria y de varios integrantes del staff, se sumaron figuras como el eterno capitán y actual consejero del club, Joaquín Sánchez, el director deportivo, Manu Fajardo, o el brasileño Antony.
Antony no quiso perdérselo
El exjugador del Manchester United, que no pudo jugar el partido por sanción, no quiso perdérselo y acompañó al equipo a Nervión. Joaquín, que vive los derbis como pocos, fue incluso subido a hombros para saludar. Mientras que Fajardo se desató sobre el césped evidenciando que detrás de su trabajo como director deportivo y arquitecto de este Betis que cada vez tiene mejor pinta hay un auténtico hincha, de esos que no se perdían ningún partido en el Gol Sur del viejo Benito Villamarín. Una pasión que tiene presente en cada decisión que toma.
De ahí, la celebración se trasladó al vestuario, donde con la música a todo volumen, los jugadores cantaron y bailaron, subidos en los bancos o las mesas de material. No todos los días se gana un derbi y no todos los días se consigue en el estadio de tu eterno rival. Casi ocho años habían tenido que esperar los verdiblancos para lograrlo, por lo que el desenfreno estaba más que permitido. En la memoria, la frase de Joaquín tras el anterior triunfo en el Pizjuán, cuando dijo que «todo el que llegue a su casa antes de las cinco de la mañana tiene multa».
Apoteosis en Los Bermejales
Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar. Cuando los autobuses de los jugadores, cuerpo técnico y directiva llegaron a la Ciudad Deportiva Luis del Sol, donde tenían aparcados sus vehículos particulares para marcharse a sus respectivos domicilios, se encontraron con cientos de aficionados con cohetes y bengalas que convirtieron su entrada en las instalaciones en una auténtica locura. La fiesta continuó en la zona lounge de las instalaciones de Los Bermejales, donde los jugadores se asomaban a las cristaleras para encender aún más a su afición.
El Betis vive días felices. Con pie y medio en las eliminatorias de la UEFA Europa League, clasificado para la siguiente ronda copera, en puestos europeos en LaLiga y aspirando al sueño de la Champions, el equipo de Pellegrini, recién renovado hasta 2027, empieza a recordar al que en la temporada 2021-22 terminó ganando un título. El miércoles viaja a Valencia para enfrentarse al Torrent en la Copa. Pero la fiesta continuará el sábado, en La Cartuja, frente al Barça. Otro partidazo en el que demostrar que este equipo sueña a lo grande.
English
Français
Español 



