Julián Calero se despide del Levante: “Estoy convencidísimo de que yo iba a salvar al equipo”

Julián Calero se despidió públicamente del Levante tras haber sido destituido el domingo como técnico después una racha de cuatro derrotas consecutivas. El técnico madrileño, arropado por los máximos representantes del club en la sala de prensa del Ciutat, ha hecho un esfuerzo por no emocionarse porque, ha insistido, quería despedirse “con una sonrisa”. El resumen de su rueda de prensa ha sido de agradecimiento al club por haber apostado por él la temporada pasada, pero también se ha reivindicado: “Estoy convencidísimo de que yo iba a salvar al equipo”, dijo el técnico de Parla, que también fue comprensivo con el consejo de administración: “Tienen que tomar decisiones, tienen corazón y nos unen muchas cosas”.

El entrenador tomó la palabra sin ningún papel, tras sentarse en la sala de prensa del estadio granota: “Quiero despedirme con una sonrisa, como llegué. Espero no emocionarme. Gracias a las personas que me dieron la confianza. Gracias al club en general. Me gusta que me vean como la persona. Gracias a Pablo [Sánchez, presidente] a Pepe [Danvila, consejero delegado], a la gente que confiasteis en mí. Quiero agradecer a mi cuerpo técnico, saben de sobra que nos hemos dejado la vida, muchas horas de trabajo, de dedicación de buscar lo mejor por el equipo. Quiero dar las gracias a todos mis jugadores, lo digo así, mis jugadores. Que lo tratas como tuyo, aunque sabes que estás de prestado. Ellos se han dejado el alma, les he exigido, se han dejado el alma. Han aceptado el trabajo duro. A todo el staff, si me dejo a alguno que me disculpe. Gracias a todos ellos por su implicación. Tengo que agradecer a la afición, ha sido increíble conmigo. Paseo por la calle iba por la calle y una señora bajó la ventanilla y “que tengas mucha suerte”. Desde nuestra llegada creo que hemos regenerado esa ilusión y a la afición les agradezco el día a día y el cariño. El sábado algunas personas pitaron en la primera parte, que fue mi muy mala, y yo también hubiera demostrado mi descontento. A los periodistas también les doy las gracias, creo que ha habido un trato bueno. No me gusta ser un entrenador que da frases hechas y manidas, me gusta ‘daros de comer’. Me voy con la sensación de haber sido respetado y tratado con cariño. Seguro que se me ha criticado y con conocimiento de causa. A todos gracias, gracias y mil gracias”.

Después, antes del turno de preguntas, explicó cómo había digerido la decisión del club: “Esta noche hice un razonamiento para autoconsolarme: ‘Joder, Julián, eres entrenador, cogiste un equipo en Segunda división con unos problemas económicos, sociales y deportivos y dejas un equipo en Primera división a tres puntos de la salvación, después de una mala racha, claro, y con una regeneración de la afición. Con jugadores que se han revalorizado, gracias al trabajo, en una dirección concreta, señalando en una dirección concreto. He recibido mensajes realmente muy emotivos de mis jugadores que uno siente que les has ayudado. Muchos me dicen que sin mí no hubiera posible esto, sé que no es cierto, pero sé que dejamos una situación mejor que la que nos encontramos”.

Muchos jugadores me dicen que sin mí no hubiera posible esto, sé que no es cierto, pero sé que dejamos una situación mejor que la que nos encontramos

Fue entonces, cuando el extrenador granota dejó sus sensaciones más personales con respecto a a la decisión del club: “Ganar es el objetivo, pero a veces se atascan las cosas. El fútbol no son matemáticas. También os digo. Estoy convencido de que yo iba a salvar al equipo, segurísimo, al cien por cien. Estoy convencidísimo. Pero son decisiones que se toman. Después de una mala racha».

«Lo que quiero es que el Levante se salve, de corazón. Que encuentre el camino de la victoria y que se salve. No lo digo de cara a la galería. Me voy como un valenciano adoptado. Hemos pasado momentos muy duros, como en la dana. Momentos muy bonitos, como el ascenso. Como en la película Ghost Sam a Molly le dice: ‘No sabes cuánto amor me llevo’. Pues yo igual. Me llevo mucho cariño de mi paso por el Levante», explicaba el técnico a modo de anécdota y con una referencia cinematográfica, de una película de 1990.

Le di un puñetazo a la pizarra en el descanso del Athletic porque ese no era el camino, les dije a los jugadores que me miraran a las ojos

Durante su primera intervención, Calero no mencionó expresamente a Paco Fenollosa, presidente de honor del club. Pero se dirigió a él directamente en una de sus respuestas: «Gracias, Paquito. Míster en primera división se come caviar», me solía decir. 

Después insistió en que habrá una segunda parte de Calero en el Levante: «Me quiero ir con fuerza, con una sonrisa. Es un hasta luego porque volveré».

Y también recordó la tensión que vivió en su último partido ante el Athletic: «Le di un puñetazo a la pizarra en el descanso porque ese no era el camino, les dije que me miraran a las ojos que esto teníamos que cambiarlo en la segunda parte».

«Me voy fastidiado porque quería seguir, pero lo bueno supera a lo malo», prosiguió el técnico. «Calero va a continuar entrenando, soy un corredor de maratón. En el kilómetro 14 le ha tocado salir, pero tengo fuerzas para seguir hasta el 42 que en este caso eran 38 [aquí hizo una referencia a las jornadas]. No tengo la sensación de desgastado, tengo sensación de ganas, de fuerza. Mi mensaje a los capitanes, que no dejen de insuflar el ánimo en el día a día. El equipo tiene capacidad para salvarse«.

No tengo sensación de desgastado, sino de ganas, de fuerza, voy a seguir entrenando

¿Qué habría hecho diferente en este año? “Me siento muy orgulloso. Esto no tiene que ver con lo deportivo sino con lo personal. Que la gente vea que eres una persona honesta, que se deja la vida. Ver esta sala de prensa de llena de gente. Creo mucho en el trabajo que hacemos, en el día a día. Sometemos al jugador a una profesionalización constante, a exigirles al máximo. Necesito hacer un análisis, mirarme al ombligo y ver qué podía haber hecho más. Seguramente soy el responsable, pero no cambiaría muchas cosas.

¿Cree que es injusta la decisión de destituirle? “No voy a valorar la decisión, entiendo que no ha sido a la ligera. Ni me siento maltratado, ni injustamente, lo que estoy convencido es que si hubiera seguido habría salvado al quipo. Pero las personas responsables no pensaban lo mismo. Las personas que han tomado la decisión son las que confiaron en mí para hacerme cargo. Para nada. Me ha tocado a mí. Me siento orgulloso de haber devuelto al equipo a Primera división y estamos a tres puntitos de la salvación. Esto no está para entregar la cuchara, se trata de enderezar un poco la situación».

¿Cómo fueron las horas posteriores a la derrota ante el Athletic hasta que le comunicaron la decisión? “Cuando perdemos me cuesta mucho dormir. Por la noche sabía que estaba complicado. Escuché declaraciones que me mandaron y sabía que estaba complicado el asunto. Me levanté temprano. Y me dije, voy a hablar con los jugadores como si fuera a continuar. Les dije que no me había gustado la primera parte, que no es el camino. Pero sí que me había gustado la segunda parte, y que ése sí era el camino. Luego me llamó Pepe [Danvila, consejero delegado], me comunicó la decisión. Le pregunté si era irreversible. Y era irreversible. Lo comuniqué a la familia, fue un momento duro. Fue una noche dura, pero porque me cuesta perder, perder es un cuchillazo en el alma. Y más con la situación complicada”.

El domingo me llamó Pepe [Danvila, consejero delegado], me comunicó la decisión. Le pregunté si era irreversible. Y era irreversible.

¿Cree que hubo que tener más paciencia? “Cuando se toma una decisión. Me hubiera gustado acabar la temporada, porque estoy convencido de que íbamos a sacar la situación. Empatizo. Respeto absoluto”.

¿Qué piensa de que hace dos semanas se hablara de su renovación y ahora esté despidiéndose?: “Fútbol. Esto es fútbol. Yo tampoco la habría aceptado porque habría sido contraproducente para el club”.

¿Cree que les duele la decisión a las personas que la han tomado? “Pues claro que sí, porque lo personal está por encima. Son personas. Todos tenemos buen corazón, pero nuestro puesto nos obliga a tomar decisiones”.