
Intensidad, ritmo y mucha presión son las claves del Sevilla de Matías Almeyda para compensar, en parte, las limitaciones de la plantilla. Una idea de juego que ha llevado al conjunto nervionense a ser tildado desde el inicio de temporada como un equipo agresivo. Llega al parón navideño como el equipo que más tarjetas amarillas ha recibido y también fue el primero en tener a un jugador suspendido por acumulación de amonestaciones este curso: Lucien Agoumé. El centrocampista y José Ángel Carmona son los futbolistas que más amarillas han visto hasta la fecha, con siete cada uno.
Almeyda ya expuso en la rueda de prensa previa al partido de Copa del Rey ante el Toledo a finales de octubre que su equipo es agresivo en el buen sentido, en el futbolístico. «El Sevilla trata de ser agresivo futbolísticamente, nuestra agresividad no es de pegar, el Sevilla no pega, nuestras faltas son más de agarrar, tácticas. Muchos otros equipos pegan más que nosotros, aunque vean menos amarillas. Queremos disputar cada pelota como si fuera la última, pero ninguno de nuestros jugadores es de pegar ni va con mala intención, no se nos puede tildar de agresivos«, añadía.
Las siete tarjetas enseñadas por Muñiz Ruiz en un controvertido arbitraje en el último partido frente al Real Madrid, disputado en el Santiago Bernabéu, dispara la cuenta del Sevilla a 55 cartulinas amarillas (más la roja directa vista por Isaac en el derbi), once amonestaciones más que el Rayo Vallecano, con 44 amarillas y tres rojas, el segundo equipo en este particular ranking. Ningún conjunto de las cinco grandes ligas europeas ha visto más de 42 amarillas en esta primera parte del curso.
Una circunstancias que, si le sumamos las lesiones que vienen castigado a la plantilla, merman considerablemente en algunos partidos las opciones del técnico a la hora de plantearlos. Una situación que el equipo debe controlar cuando se reanude la competición, y que le cuesta entender a Almeyda, que apuesta por un mayor diálogo con el colectivo arbitral. Expulsado en el Bernabéu, el argentino no se mordió la lengua en sala de prensa: «Me expulsa por reclamar una falta. Pero me gustaría que escuchasen los audios, porque es fácil echar gente. No soy un payaso de un circo, tengo mi historia y soy un hombre que dialoga. Estamos haciendo del deporte algo autoritario y me duele. Pidan audios».
«Nunca vi que en dos minutos señalen dos penaltis seguidos. Hay VAR. Hoy el arbitraje dirigió muy mal. Felicito al Madrid por su victoria, no fue beneficiado por ello. Estoy contra el arbitraje de lo mal que lo dirigió, por eso fui expulsado. Me dijeron que estaban cansados que yo hable de respeto. Si hay alguna falta de respeto mía, que la pongan«, insistía. Novato en los banquillos del fútbol español, el técnico ha visto tres amarillas durante el mes de diciembre, todas ellas por protestar decisiones arbitrales.
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