
Les va a durar cuatro años la felicidad de saberse campeones mundiales, pero ya les ha empezado el temored ver cercano el adiós de su capitán.
El propio Lionel Messi es el causante de este síndrome de corazón roto que ha empezado a sentirse en Argentina hace unos meses y que se acentuó en su última entrevista, en China, donde está concentrado con su selección para el duelo amistoso contra Australia, este jueves.
«Como dije antes, no creo que participe en el próximo Mundial. No sé que pasará en el futuro, pero no he cambiado de opinión sobre eso. Me gustaría estar allí para verlo, pero no voy a participar», dijo en charla con Titan Sports.
«Después de lograr el Mundial que me faltaba, estoy satisfecho y agradecido por la carrera que hice, y eso es lo más importante para mí. Creo que fue jugué mi último Mundial», agregó.
Y es que después de la noche feliz en Catar en la que por fin levantó la Copa Mundo y a sus 35 años de edad, siente que está listo para entregar la posta. La duda es a quién y es ese es un temor que en Argentina nadie se siente listo para enfrentar. Prefieren pensar que esta nueva declaración puede no ser definitiva, que sus propios compañeros lo convencerán de seguir y estar al menos en la Copa Mundo 2026, que justamente se celebrará en Estados Unidos, su nueva casa.
Lo que en definitiva ya no lo desvela es el Balón de Oro, ya tiene siete: “En esta etapa de mi vida ya no es importante para mí. Siempre lo dije, los premios individuales no son lo que me importa, sino los colectivos. El premio más importante en este momento es la Copa del Mundo. Este es el mayor premio para mí”.
Messi lleva disputados cinco mundiales con la Selección y si se anima a estar en otro más tendrá récord absoluto y superará a Lothar Matthaus, Miroslav Klose, Cristiano Ronaldo, Andrés Guardado y Guillermo Ochoa.