Los árbitros españoles han elegido en esta ocasión el balneario de Las Caldas (Asturias) para dar el último retoque a la temporada que se iniciará en apenas una semana. Cumplido el requisito de pasar las pruebas físicas, el colectivo aprovecha estos días de reunión para tapar grietas, hacer un frente común con Medina Cantalejo a la cabeza y poner de acuerdo algunas de esas jugadas que servirán durante la campaña de motivo de discordia a la hora de su aplicación.
La orden es clara y aunque cada jugada es distinta, desde el CTA se intenta que la idea en la gestión de las denominadas jugadas polémicas, especialmente las manos, sea la misma en todos los colegiados. Para ello se ha insistido una y otra vez en la correcta aplicación de la norma. Se han visto multitud de jugadas y analizado muchas de las decisiones del pasado para evitar errores en el futuro.
Como es lógico, se ha prestado atención también a los cambios propuestos por la IFAB, entre los que destacan la norma anti Dibu, por la cual los porteros deben mantener la compostura antes de que el rival lance un penalti. Otro de los puntos clave de la próxima campaña será, de nuevo, aplicar el tiempo perdido hasta las últimas consecuencias, circunstancia que hasta ahora se había despreciado, tirando de cronómetro en el tiempo que se pierde en la celebración de los goles. Desde FIFA se ha insistido una y otra vez en este detalle y si se pierde en 10 minutos no debe importar añadir otro tanto, por lo que nos iremos fácilmente a los partidos de más de cien minutos de reloj.
El caso Negreira sigue preocupando a un colectivo que se muestra unido y a la espera de que la justicia pueda encontrar culpables en caso de que los hubiera. Uno de los objetivos es hacer llegar esa honestidad de la que siempre han tenido por bandera y que el citado caso ha ensombrecido.