El Granada terminó el curso pasado sin que ningún rival asaltase Los Cármenes, una realidad diametralmente opuesta a la que está sufriendo en este inicio de competición el conjunto rojiblanco, que ya ha encajado dos derrotas ante su afición, siendo el equipo de la categoría más goleado en su feudo, algo insostenible para un equipo que aspira a la permanencia.
Ante el Girona, Paco López optó por una solución radical para intentar frenar la sangría defensiva que está padeciendo el cuadro andaluz en estas primeras jornadas, formando de inicio con un equipo extremadamente ofensivo, tratando de apagar el fuego con alcohol, con Gumbao como único sostén en la medular, una fórmula a la que pronto se le vieron las costuras y que aprovechó el conjunto de Michel para marcar tres tantos en apenas media hora.
Con los cuatro encajados ante el cuadro de Michel, el Granada ya ha recogido el balón del fondo de su portería en 17 ocasiones, un mal endémico que Paco López debe solucionar si quiere que el equipo sea competitivo en la élite.