Después del movimiento realizado por Kylian Mbappé esta semana, donde comunicó al PSG que no seguirá a final de temporada, los caminos del astro galo y el Real Madrid están cada vez más cerca de unirse.
Como se viene informando en MARCA, el ariete ya ha dado el primer paso y ahora es el club blanco a quien le toca realizar una oferta donde, con total seguridad, el futbolista tendrá que rebajarse el sueldo de forma notoria para poder jugar en el conjunto madridista.
Para que el atacante no tenga un sueldo mucho más elevado que el de sus compañeros mejor pagados en el Madrid, la directiva blanca (o cualquier otra dirección deportiva de clubes que pretendan firmarle) pueden recurrir a varios recursos o fórmulas para ‘dividir’ el contrato de Mbappé a través de los bonus.
Una fórmula muy utilizada es el ‘Signing on Fee’. Un bonus común en la Premier League que se aplica habitualmente en jugadores libres o en renovaciones que consiste en un pago en la firma de una cantidad al margen del salario.
También se podría recurrir al ‘Loyalty bonus’ o bonus de fidelidad que consiste en marcar una o varias fechas dentro del periodo de validez del contrato donde, en el caso de llegar a esos momentos concretos, si el futbolista sigue en el club cobra ‘x’ cantidad. El propio futbolista ya usó este recurso en el PSG.
Otra fórmula sería la de tirar del bonus por logros individuales como ganar el Balón de Oro, la Bota de Oro, sumar ‘x’ bloques de goles, asistencias o partidos y contabilizar ciertos premios con su selección. Algo similar ocurre con los logros colectivos que se alcanzan cuando se logran ciertos títulos con el equipo.
Más y más fórmulas
Pero la ‘ingeniería’ no termina ahí. También existe el bonus por logros consolidados. Con esta figura todos los bonos conseguidos en una temporada se añaden automáticamente en el salario del próximo año convirtiéndose en fijo y dando opción de conseguir nuevos bonus partiendo de una ficha más alta
Otro recurso sería la comisión por amistosos conseguidos gracias a su presencia en el equipo. Además, al margen del bonus, se puede negociar derechos de imagen otorgando un mayor porcentaje al jugador de lo normalmente establecido.
Todo ello son fórmulas válidas para contentar al futbolista, al entorno y no romper la paz social de un vestuario unido.