En el fútbol, para ganar, hay que marcar goles. Es un hecho. Y para hacerlo hay múltiples maneras. Pero hay una que es evidente: hay que hacer progresar el balón hacia adelante. Y para lograrlo se puede sintetizar en dos tipos de acciones: mediante conducciones o mediante pases.
Por tanto, nos hemos preguntado qué jugadores son los que más ayudan a sus equipos a progresar el balón para generar peligro y, así estar más cerca de poder hacer gol. Para ello hemos filtrado por jugadores de las siete principales ligas de Europa (LaLiga, Premier, Bundesliga, Serie A, Ligue 1, Eredivisie y Primeira Liga) que al menos han disputado esta temporada 1.000 minutos en el campeonato doméstico.
Luego, hemos seleccionado las dos métricas que nos dan la información que precisamos. Por un lado, pases progresivos, entendidos por el portal FBref como «pases completos que mueven el balón hacia la línea de gol del rival al menos 10 yardas desde su punto más alejado en los últimos seis pases, o cualquier pase completo al área de penalti; excluye pases hecho en el primer 40% del campo». Por el otro, conducciones progresivas, que son «conducciones que mueven el balón hacia la línea de gol del rival por lo menos 10 yardas desde su punto más alejado en los últimos seis pases, o cualquier conducción al área de penalti; excluye conducciones que terminan en campo propio». Para igualar a todos, hemos normalizado los datos por 90 minutos de juego.
A partir de aquí, podemos ver cosas muy interesantes. Antes, para entender el siguiente gráfico debemos fijarnos en los ejes. De izquierda a derecha son los pases progresivos y de abajo a arriba las conducciones progresivas. Las líneas de puntos determinan las medianas de cada valor. Así se generan cuatro cuadrantes para separar de alguna manera a los jugadores en función de esos pases y conducciones. Ahora, expliquemos los resultados.
La isla de Doku
Lo primero que llama la atención es Jéremy Doku. Queda claro que al jugador del City le gusta llevar el balón pegado al pie. Sus 12,4 conducciones progresivas cada 90′ están muy por encima del resto. Tan sólo se le acerca Dembélé, con 9,8.
Al belga no se le puede pedir asociación. Su fútbol es de regate y velocidad. De desborde. En este grupo hay otros de los esperados. Rodrygo (6,2) , Vinicius (6,2), Couto (6,4)… todos con mayor tendencia a la conducción. Quizás uno pensaría en que Vini estaría mucho más arriba. A veces, la percepción no es la realidad.
Otros de los que pertenecen a este grupo son Spinazzola y Mitoma, los más ‘humanos’ en cuanto a conducciones (ambos por encima de 7 cada 90′). Garnacho o Frimpong son otros de los que destacan en este aspecto.
Kroos el pasador por excelencia
En el extremo contrario, el que prefiere el pase a conducir, está Toni Kroos. Es el jugador que más hace progresar el balón mediante pases (12,3 cada 90′) a la par con Zinchenko (12,2) que, quizás, sea la mayor sorpresa en este sentido. Junto a ellos, Joey Veerman (12), el neerlandés del PSV que tiene un talento especial con el balón y al que seguramente veremos en un club de mayor potencial.
También Granit Xhaka (11,8), que se ha convertido en el jugador por el que se canaliza todo el juego del imbatible Bayer Leverkusen, y Orkun Kökçü, el organizador que fichó el pasado verano el Benfica para que le guiase en su juego.
Por ahí también aparecen otros ‘sospechosos habituales’ como Rodri y Modric, jugadores con algo menos de pase progresivo pero algo más de conducción que los ya nombrados.
Los alternativos
Hay un grupo de ellos que lo mismo se la juegan ellos solos que te buscan a un compañero más adelantado. En este sentido, Dembélé, demuestra ser un claro regateador, pero no repara en combinar con sus compañeros (8,1 pases cada 90′).
Jugadores con un alto volumen de conducciones y, al mismo tiempo, de pases no hay muchos. Pero podemos destacar a varios cuyos nombres nos suenan. Por ejemplo, Frenkie de Jong (9,4 pases y 3,9 conducciones). O Florian Wirtz y Bernardo Silva, ambos con menos tendencia al pase que el neerlandés (8,2 y 6,8) pero con más volumen de conducciones (ambos con 5,4). Incluso está por ahí Rodrigo de Paul. Tiene más conducción (9,3) y mucho más pase hacia adelante (3,3) de lo que parece.
Cada jugador tiene sus características, pero siempre con la idea de aportar a lo que su club necesita. A partir de la combinación de ambas cosas, se forja una identidad de juego. Siempre con la idea, claro está, de llevar el balón hacia adelante para marcar gol.