Después de los éxitos del Real Madrid la temporada pasada, logrando títulos y exhibiendo una ‘frescura’ física espectacular, la Prensa ha elevado a los altares al responsable de esta proeza física: Antonio Pintus. Su método ha proliferado como si fuera el bálsamo de Fierabrás que lo cura todo. Nada más lejos de la realidad.
Pintus no tiene ningún método en propiedad, lo que hace es aplicar con inteligencia y sabiduría los sistemas de entrenamiento del auténtico deporte rey, el atletismo, y que tiene una base fundamental en la fisiología del ejercicio.
El fútbol es un deporte aeróbico donde el VOMax es muy importante para mejorar la capacidad funcional del jugador. De ahí que en las pretemporadas no es extraño ver a Pintus al frente de los jugadores en carreras interminables para mejorar este parámetro. También en el gimnasio controlando el trabajo neuromuscular del jugador con sobrecargas o con su propio peso corporal.
A estas dos capacidades condicionales, resistencia y fuerza, Pintus les dedica más del 60 por ciento del tiempo real del entrenamiento. Sabe que es la garantía para que la bomba que es el corazón sea capaz de mandar de manera rápida y eficaz la cantidad de oxígeno necesario a través de la sangre que necesitan los músculos del jugador para soportar esfuerzos tan brutales. Esfuerzos que ponen a los jugadores en el límite orgánico (más de 175 pulsaciones por minuto) y en el muscular (riesgo de lesión).
Este es el auténtico método (adaptado naturalmente al fútbol) que consiguen los increíbles récords actuales en velocidad y en maratón. Habrá profesionales de la preparación física en el fútbol que no crean es este método. La fisiología, sí.