Largie Ramazani vivió 46 horas frenéticas antes de pisar Mestalla por primera vez como jugador del Valencia. Y aun así tuvo tiempo para entrar en el partido ante el Getafe en el minuto 87 y dar una asistencia de gol a Hugo Duro en la última acción del partido en el 96. No era un cambio testimonial para Corberán. El Getafe había adelantado líneas y dejaba muchos espacios atrás. Una carrera, un pase medido a la llegada del delantero y 3-0 para redondear el marcador.
El último refuerzo blanquinegro, que viajó a España a la una de madrugada del jueves –aterrizó en Alicante, desde allí, por carretera a Valencia-. El jueves por la mañana a las diez pasó el reconocimiento médico, tras haber dormido pocas horas y firmó su contrato a mediodía, con una pertinente sesión de fotos y entrevista para los medios oficiales. Estuvo en Paterna, trabajó en la ciudad deportiva y saludó a Corberán, que lo puso en alerta para el viernes. El día de partido por la mañana, el futbolista belga esperaba en el hotel del equipo -que es en el que está alojado temporalmente- cuando recibió la llamada de que entraba en la lista porque la Liga ya había tramitado toda la documentación para inscribirlo. El futbolista ya vivió su primera concentración como un jugador más del Valencia, y sabiendo que le esperaba una camiseta con el dorsal 17 en el vestuario de Mestalla.
El jugador hizo el calentamiento completo con el resto de compañeros suplentes y miraba al entrenador cada vez que llamaba para hacer un cambio. Pero le tocó entrar el final. Sustituyó a Rioja –muy aplaudido- y jugó por la banda derecha, a pierna natural, para buscar eso, precisamente, una asistencia definitiva que redondeara el marcador. Tras el encuentro recibió la felicitación de todos sus compañeros, especialmente de Hugo Duro que abría su cuenta particular esta temporada.
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