No son muchos los jugadores que, habiéndose formado y criado lejos de Sevilla, han sido capaces de entender a la perfección la verdadera esencia del Betis. Marc Bartra, sin duda, es uno de ellos. El acento le delata. De lo contrario, a nadie extrañaría que hubiera crecido dando patadas a un balón en Triana y las mejores tardes de su infancia las hubiera pasado apoyando a su equipo en el viejo Gol Sur del Benito Villamarín.
Bartra no es del Betis de nacimiento, pero sí lo es de adopción. Ha encontrado en el club de las Trece Barras una forma de vivir el fútbol, un estilo que encaja a la perfección con sus valores personales y con la pasión y la entrega que le pone día a día a su profesión. Un jugador que ha calado en Heliópolis y que esta tarde vivirá un día muy especial.
Enfrente estará el Barcelona, en cuya cantera, en La Masía, se formó durante años hasta alcanzar la élite con el primer equipo y ganarlo absolutamente todo. Pero su etapa como azulgrana quedará ya lejos cuando el balón eche a rodar y cumpla nada menos que 200 partidos oficiales con la elástica verdiblanca, escribiendo un reglón más en su historia de éxitos en el club.
Estadísticas de Bartra en el Betis
Marc aterrizó en enero de 2018 procedente del Borussia Dortmund, donde vivió muchos días felices y algunos realmente complicados. Y desde el primer momento se convirtió en uno de los líderes de la defensa. Primero con Setién, llevando al Betis a Europa, luego con Rubi, y más tarde con Pellegrini, levantando la Copa del Rey de la temporada 2021-22.
Aunque su mayor acto de amor hacia el Betis no fue ganando un título ni llevando el nombre del club por el Viejo Continente, sino resignándose a pasar un año en Trabzonspor, en Turquía, sólo por ayudar al club en una situación delicada económicamente, y con las inscripciones de varios compañeros en el aire.
Volvió, superó una delicada lesión, recuperó su sitio y, junto a los Isco, Antony, Gio, Abde y compañía, llevó al Betis a la primera final continental de su historia. Ya es uno de los capitanes del equipo, peso pesado del vestuario, imagen del club y desde hoy, futbolista bicentenario con las Trece Barras. Un bético que decidió nacer a casi 1.000 km de su verdadero hogar.
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