
El pasado domingo, frente al Getafe, Aitor Ruibal recibió el reconocimiento de la afición verdiblanca a su entrega, su esfuerzo y su fútbol camaleónico, capaz de adaptarse prácticamente a cualquier posición sobre el terreno de juego convirtiéndose en el comodín perfecto para Pellegrini. De regreso al ataque después de desempeñarse como lateral derecho para cubrir la ausencia por lesión de Bellerín, el polivalente futbolista catalán marcó su primer doblete liguero con el Betis demostrando que, más allá de su enorme capacidad de adaptación, sigue llevando dentro el delantero por el que el club verdiblanco apostó en su día para reforzar a su equipo filial. Sin duda, una de las operaciones más provechosas para el club en los últimos años.
Aitor llegó al Betis Deportivo procedente del L’Hospitalet después de hacer carrera como goleador en el fútbol base catalán. Sus goles con el filial verdiblanco le hicieron merecedor de una oportunidad con el primer equipo que le llegó de la mano de Setién. Pero fueron tres cesiones consecutivas, una muy breve al Cartagena para una fase de ascenso, otra al Rayo Majadahonda, en Segunda, y una última al Leganés, ya en Primera división y trabajando a las órdenes de Pellegrino, Cembranos y, sobre todo, el mexicano Javier Aguirre, las que consiguieron forjar su carácter en el terreno de juego, su capacidad de adaptación a cualquier circunstancia y la mentalidad necesaria para terminar triunfando en la élite. Algo que está logrando con creces como verdiblanco.
El verano de 2020, de vuelta tras su préstamo al conjunto pepinero, Ruibal se ganó la confianza de Pellegrini en una pretemporada extraordinaria, en la que demostró estar a un espectacular nivel físico y tener un enorme olfato de gol. De hecho, la primera victoria en los partidos de preparación de aquel extraño curso, que comenzó más tarde de lo habitual por el covid, llegó ante el Almería con goles de Bartra y de Aitor, los dos únicos jugadores de aquella plantilla que siguen aún a las órdenes del Ingeniero. El chileno frenó cualquier opción de salida del polivalente futbolista catalán y decidió que formara parte de su grupo de jugadores, dando comienzo a una etapa que, más de cinco años después, sólo puede calificarse como exitosa.
Casi 200 partidos y 13 goles como verdiblanco
En este tiempo, Ruibal ha jugado de lateral derecho, de lateral izquierdo, de extremo por las dos bandas, de segundo punta y de delantero centro. Ya son 13 los goles que ha logrado con el equipo de las Trece Barras, incluido su doblete ante el Getafe, primero que firma en LaLiga como bético, y segundo entre todas las competiciones ya que consiguió otro en noviembre de 2022, en la Europa League, frente al Helsinki. Aitor forma parte ya del grupo de capitanes de la plantilla y con su personalidad y su forma de ser y de vivir la vida, se ha convertido también junto a jugadores como Bellerín o su excompañero Borja Iglesias en todo un referente de tolerancia, de libertad de pensamiento y de estilo. Un futbolista en plena madurez que cada día va a más.
Ruibal está a apenas cuatro partidos de alcanzar los 200 como jugador del Betis. Sólo Bartra le supera en la actual plantilla bética. Con 29 años de edad y contrato hasta el 30 de junio de 2028, el ‘búfalo’ disfruta de su sexta temporada completa como verdiblanco. Una trayectoria forjada a base de un enorme compromiso con el club y con una afición que el domingo, en La Cartuja, recompensó su esfuerzo con una de esas ovaciones que quedan en el recuerdo. Para construir un equipo competitivo hace falta encajar piezas muy distintas, futbolistas de diferentes perfiles y características. Pero en todas las plantillas hacen falta futbolistas como Ruibal, un jugador hecho a sí mismo que honra su profesión cada vez que salta al césped.
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