Cosas del fútbol, el Atlético se alejará de los problemas con el objetivo de solucionarlos. Después de la decepción que supuso el empate contra el Bayer Leverkusen y la consecuente eliminación de la Liga de Campeones, el equipo de Simeone saldrá de su casa para ir a su zona de confort y volver así a la senda de la victoria. Más allá de que los colchoneros han saldado con goleadas las dos últimas visitas al Nuevo Mirandilla, lo cierto es que esta temporada los rojiblancos viven mejor lejos de su afición que al calor de su gente. Y es que por muy duro que suene, los datos no engañan. Han sumado 16 puntos de 18 posibles lejos del Cívitas Metropolitano mientras que en su casa han tropezado ya en demasiadas ocasiones.
Con la obligación de pasar página tras la fatídica noche del pasado miércoles e iniciar el camino para volver lo antes posible a disfrutar de la máxima competición continental, a los rojiblancos les toca centrarse en una competición donde están a ocho puntos del líder pero en la que han mostrado su mejor versión durante esta temporada con valiosos triunfos ante Betis, Athletic, Sevilla o Valencia.
Con la clara convicción de que el equipo está haciendo las cosas bien por mucho que el palo sufrido frente al Bayer Leverkusen sea difícil de superar, Simeone quiere mantener una idea de juego con la que se identifica a su equipo y que les permite estar fuertes.
Así, para la cita todo hace indicar que el preparador argentino volverá a contar con una línea de cuatro en la defensa y otra en la medular dejando una pareja de delanteros formada por Griezmann y el que salga victorioso entre la batalla que protagonizan Morata y Cunha por la titularidad. Sería muy sorprendente que Joao Félix, con ocho suplencias de forma consecutiva, regresara a un once donde, según Simeone, es necesario prolongar una actitud más allá de una situación para estar en él.
En el centro de la zaga regresará Savic para formar con Josema Giménez, si no descansa pensando en el partido del martes contra el Oporto. Ambos centrales estarían acompañados por Nahuel Molina en la derecha y por Reinildo en la izquierda, jugador que volverá a dar libertad a un Carrasco que volvió esta semana a su mejor versión. El belga estará con Witsel y Kondogbia dejando la banda derecha a un renacido Rodrigo de Paul.
Las peores sensaciones del Cádiz rondan siempre el Nuevo Mirandilla donde no ganan desde mayo. Y tras la última debacle ante el Rayo no queda más que rendir al máximo nivel en el último partido del año en casa.
Sergio tendrá que inventar una solución para el lateral derecho con las bajas de Zaldua por lesión e Iza por sanción. Finalmente sí que podrá jugar Alcaraz después de que el Comité le quitará la sanción, algo que dejará a Antonio Blanco en el banquillo. La opción para la banda será Luis Hernández y en el mediocentro Álex Fernández podría retrasar su posición.
Lo que queda claro es que el equipo va a responder con su público presente, tal y como reconoce el técnico: «El Cádiz va a ser fuerte, competitivo. Con los conceptos muy claros. No tenemos que penalizarnos por un partido. La afición sabe que se va a encontrar un equipo que apretará, que va a competir y va a ir de la mano de la gente a por el partido».
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