En el primer partido que jugó Brian Oliván en Primera División marcó su único gol con la camiseta del RCD Mallorca. Fue un momento muy especial para él, y obviamente para el club. Oliván llegó a la isla una temporada antes. Tras descender de nuevo a Segunda División, el club bermellón apostó por una renovación en el lateral zurdo y el catalán fue uno de los elegidos. Como jugador del Mallorca, su crecimiento fue innegable: de menos a más.
Si su temporada en Segunda fue de excelente, su estreno en la élite no varió mucho. Desde el principio demostró estar a la altura de las exigencias. «Aquí, en Primera, a la mínima te hacen un traje. Hay diferencias entra las dos categorías y hay que poner más concentración», explicaba el catalán en La Pizarra de Quintana en noviembre del año pasado. Y es que su irrupción en la categoría fue de las noticias más importantes para el Mallorca.
No obstante, su situación contractual creaba cierta incertidumbre. Terminaba contrato y desde la cúpula alta del club no lograron retenerlo. Oliván iba a poner rumbo a Cornellà al finalizar la temporada. Y aquí hace acto de presencia su mejor virtud: la implicación. En ningún momento Oliván se borró del objetivo bermellón. Fue uno más y lo dio todo en el terreno de juego. Su figura tanto con Luis García Plaza como con Javier Aguirre fue determinante para lograr la permanencia.
Oliván visitará por primera vez Son Moix como jugador del Espanyol. Lo hará ante una afición que le tiene muchísima estima por lo comentado anteriormente. Su implicación con el equipo dejó huella en la isla. Prueba de ello son los innumerables mensajes que se pueden leer bajo el tuit que el propio Oliván publicó para despedirse de todos los mallorquinistas.
Dicho sentimiento es recíproco, ya que el propio Oliván ha estado presente en algunos partidos del Mallorca en Son Moix. Uno de ellos fue el primero de la temporada, ante el Real Betis. En él, se pudo ver al catalán en la grada, junto con varios ex compañeros como Jordi Mboula o Íñigo Ruiz de Galarreta. Este viernes no estará en la grada, pero sí recibirá el cariño de la que fue su afición durante dos temporadas.