Sánchez Martínez, colegiado del primer derbi sevillano de la temporada, tuvo mucho trabajo y necesitó la ayuda del VAR para tomar decisiones trascendentales en el devenir de un encuentro que acabó como el Rosario de la Aurora, con tres futbolistas y un ayudante expulsados, y un altercado en el túnel de vestuarios en el que aseguró no haber podido identificar a nadie.
El acta del partido se centra especialmente en la expulsión de Montiel. Sobre todo, en lo que ocurrió en los minutos posteriores a que recibiera la roja directa por «realizar una entrada a un contrario golpeando su rodilla y empleando fuerza excesiva, en la disputa del balón», según el árbitro. En el apartado de otras incidencias, Sánchez Martínez indica que cuando Montiel «se retiraba a la zona de vestuarios después de ser expulsado, se dirigió al cuarto árbitro en dos ocasiones con su dedo en la sien, en clara señal de que estábamos locos».
En el caso del Betis, Fekir fue expulsado por «golpear a un contrario con el brazo en la cara, empleando fuerza excesiva, en la disputa del balón», mientras que Borja Iglesias recibió la roja directa que dejó al conjunto verdiblanco con nueve futbolistas durante más de 40 minutos por » pisar a un contrario en su tobillo, empleando fuerza excesiva en la disputa del balón».
También tuvo que marcharse antes de tiempo camino de los vestuarios Toni Doblas, entrenador de porteros del cuerpo técnico de Pellegrini, en su caso por «salir gritando desde su banquillo protestando una de mis decisiones, después de haber sido advertido previamente por el cuarto oficial». Una explicación que no le convenció en absoluto, tal y como reflejó en un mensaje publicado en sus redes sociales.
Por si fuera poco, Sánchez Martínez desveló en el acta un altercado en el túnel de vestuarios entre integrantes de los dos equipos que posiblemente termine sin sanciones: «Una vez finalizado el encuentro y cuando nos encontrábamos en nuestro vestuario, se produjo un altercado en el túnel de vestuarios entre jugadores y técnicos de ambos equipos. Al salir de nuestro vestuario para comprobar qué estaba ocurriendo, ambos equipos se retiraron a sus respectivos vestuarios, no pudiendo identificar a los iniciadores de dicho altercado. Solicitamos la presencia del coordinador de seguridad, el cual nos indicó que no han podido identificar a ninguna persona implicada en el incidente». Un derbi caliente que continuará en el Comité de Competición… y dentro de algunos meses en el Sánchez-Pizjuán.
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