«Cuando el cuerpo se pone a altas pulsaciones y la sangre necesita movimiento es cuando estás entrenando. Me empecé a sentir mal, el brazo se me hinchó, me dejó de circular bien la sangre…», recuerda el árbitro de Primera División Javier Alberola Rojas.
Ese entrenamiento fue en mayo. Desde entonces, no pudo volver a pisar un terreno de juego hasta hace pocos días, cuando estuvo en un amistoso, acompañado de toda su familia. Sus padres en la grada, su hermano como cuarto árbitro. Además, la semana que viene tiene ya el objetivo de la Copa del Rey después de que pasara ya todas las pruebas oficiales como el resto de sus compañeros. Con ese ‘OK’, se termina para él unos meses de auténtica pesadilla.
Ya con todo en orden, solo quiere volver a disfrutar de su pasión, pero hubo momentos muy duros. Incluso llegó a pensar que el deporte podría acabarse para él: «Te pones en escenarios que pueden ser malos, como el de dejar de hacer deporte».
«De repente, te ves en una camilla y que te tienen que operar. Lo primero en lo que piensas es la supervivencia. Todo pasa a un segundo plano. Luego, cuando sale todo bien, estás deseando volver a tu pasión. Una de las cosas que me han motivado para volver ha sido el fútbol, volver a sentirme árbitro», relata en una conversación con MARCA.
Reencuentros con compañeros
Ayer estaba en Las Rozas, recibiendo a todos con una sonrisa de oreja a oreja. Allí pudo reecontrarse también con muchos árbitros. Compañeros de profesión que también estuvieron con él en uno de los peores momentos de su vida.
«Ha sido muy emotivo«, reconoce, a la par que admite que se sintió «muy arropado» cuando estaba en la cama del hospital… y también después. «Ahora estoy en la fase de la reflexión, de querer disfrutar las cosas. Creo que soy más fuerte y que todo esto te sirve para madurar», sentencia Alberola Rojas.