El Mundial le ha demostrado al Sevilla que ninguna de sus esperanzas de arrancar la competición oficial con una plantilla descansada, fortalecida y focalizada en el complejo reto de sacar al equipo de la zona baja eran reales. A las graves lesiones durante el Mundial de Delaney (8 semanas) y Alex Telles (10 semanas), con la añadidura de la operación de Marcao, quien estará un mínimo de tres meses KO, se le ha añadido un nuevo problema. El Sevilla conocía que Papu Gómez tenía problemas físicos en su tobillo. Su propia madre explicaba desde Argentina que su dolencia está provocada por una rotura de ligamentos en su tobillo, peor situación de la esperada.
Mónica Villaverde, madre del jugador del Sevilla, así lo valoraba en los medios argentinos durante los días de celebración por el campeonato del Mundo: «No pudo seguir jugando. Se rompió un ligamento del tobillo, fue terrible. No lo tienen que operar porque fue superficial. Tiene para cuatro semanas o algo así, no sé bien porque no entiendo mucho». Debe regresar a la capital andaluza el próximo día 26 de diciembre, en cinco días, con el resto de internacionales que aún no han regresado. Si se confirma este diagnóstico, el Sevilla tendrá un problema mayúsculo.
Porque el Papu era de los jugadores con los que no se contaba y a los que se le había comunicado directamente, antes de marcharse al Mundial con su selección, que debía buscar equipo, debido a que no se contaba con su figura y sí con su ficha para reforzar al equipo. Este problema físico puede frenar su salida. Cierto es que ya lleva un tiempo lesionado, ya que la lesión fue en el partido de octavos ante Australia. Ha estado trabajando para regresar antes de que se acabase el evento de Qatar. Ahora le toca descansar y recuperarse, mientras el Sevilla pagará (otra vez) el pato de un Mundial especialmente cruel con el club de Nervión.