Gennaro Gattuso vive su momento más delicado en el Valencia desde que fichó el pasado mes de junio. El empate contra el Almería el lunes en Mestalla confirma las malas sensaciones con la que volvió a competir en LaLiga tras el Mundial. Ha sumado siete puntos de los últimos 27 y está perdiendo a marchas forzadas el crédito que había acumulado con su liderazgo, su carácter y con el atractivo estilo de juego del equipo.
Con un partido menos, el Valencia ha caído a tres puntos del descenso, en una semana en la que tiene que visitar al Valladolid, equipo que ocupa la 18ª posición y que está a tres de los blanquinegros. Ante este escenario, al Valencia le queda solo la Copa -como sucedió el año pasado cuando llegó a la final- como vía para acercarse a la Europa League.
El jueves, el Athletic visita Mestalla para jugarse los cuartos a partido único. Está previsto un reventón en la grada, pero el partido es un arma de doble filo. Porque si el Valencia sigue adelante, ya tendrá a la vista una semifinal a doble partido en el horizonte. Pero si cae, a la temporada ya solo le quedará la huida del descenso y terminar de una forma decente la Liga.
Y lo que pase el jueves también tiene un efecto sobre la ‘tercera final’ de Gattuso. La del mercado. El técnico lleva tres semanas esperando dos refuerzos -un extremo y un mediocentro-, pero el club va a apurar hasta el final para lograr mejores condiciones económicas.