El pasado 18 de diciembre, hace mes y medio, se vivía la final del Mundial. Un día que recordarán con alegría los argentinos, mientras que querrán olvidar las otras 31 selecciones que acudieron a Qatar, sobre todo un Francia que alcanzó la prórroga, pero que tuvo que conformarse con el subcampeonato después de sucumbir en los penaltis. La gloria albiceleste abrazó a jugadores como Marcos Acuña y Montiel. La derrota a Koundé y Dembélé. Tres de estos cuatro se citarán esta noche en el Camp Nou, con especial relación entre el actual lateral derecho del Barcelona y el izquierdo de su contrincante, el Sevilla.
Porque Koundé y Acuña se conocen bien. Han compartido vestuario durante dos años y formaban una de las líneas más seguras de todo el panorama europeo. De hecho, lograron en su primer año juntos el récord de puntos de la entidad en Liga (77), para ser el equipo menos goleado el pasad curso. Sus caminos se debían separar. Las habituales necesidades económicas del Sevilla obligaron a la venta de la estrella francesa. Acuña, en cambio, no se planteó una salida, renovando antes del verano. Dos caminos opuestos que hoy vuelven a cruzarse…en la misma banda.
Y es que el jugador del Barcelona se ha asentado como lateral derecho, dejando paso a una pareja de centrales que se muestra compenetrada. Le toca arrancar desde el carril, como con su selección, aunque no sorprenda tanto como en su época como sevillista, donde su aparición por pasillos interiores era indetectable. Ahí le esperará un Marcos Acuña que acumula dos goles y dos asistencias en 2023. Está de dulce. El paso por Qatar le ha permitido recuperar su nivel competitivo. Pasa por ser el sevillista más en forma. Y no hace prisioneros. No recordará que un día fue compañero y amigo de Jules Koundé.