Luiz Felipe y otra roja para reflexionar

A nadie escapa que Iago Aspas exageró una acción que, de no ser por la tensión del momento, habría pasado inadvertida o, como mucho, se habría saldado con una tarjeta amarilla (esta misma semana hubo una jugada exactamente igual o incluso más clara entre Modric y Lino en el Real Madrid – Valencia que ni siquiera fue sancionada). Pero lo cierto es que la tarjeta roja recibida por Luiz Felipe anoche frente al Celta debe hacer reflexionar tanto al futbolista como a toda la plantilla del Betis.

Para el central italo-brasileño, fue su tercera expulsión en lo que va de temporada. Ningún otro jugador de LaLiga suma tantas tarjetas rojas en lo que va de curso. Un castigo disciplinario en ocasiones más que evitable que, unido a otras cuestiones (el retraso de su inscripción por el límite salarial y una lesión muscular en octubre), le han hecho perderse ya casi la mitad de las jornadas del campeonato.

El zaguero bético vio su primera roja en Balaídos, precisamente frente al Celta, en la primera vuelta, por derribar a un contrario cortando una ocasión manifiesta de gol. Fue sancionado con un encuentro de suspensión. Y la segunda la recibió en el partido que cerraba el pasado año para su equipo, frente al Athletic, por una entrada sobre Muniain en el centro del campo. Expulsión que le costó dos partidos de sanción por un insulto cuando iba camino de los vestuarios.

Tercera expulsión de Luiz Felipe en 11 partidos

Anoche, en su intención de poner el balón en juego cuanto antes, soltó un manotazo que, si bien no pareció impactar en Aspas (ni en la cara, como simuló el delantero gallego llevándose las manos al rostro, ni en el pecho, como indicó después el colegiado madrileño Del Cerro Grande en el acta), fue una imprudencia fruto de la ansiedad que debe aprender a controlar si no quiere convertir su paso por LaLiga en un carrusel de sanciones.

Está por ver cómo juzga el Comité de Competición la expulsión y si el departamento jurídico del Betis encuentra algún resquicio en la redacción del acta o alguna imagen de vídeo que demuestre que el «golpe con violencia en el pecho» con el que el colegiado justificó su decisión no se produjo. Pero mientras, Luiz Felipe se expone a otro castigo que merma deportivamente a su equipo sobre el terreno de juego.

No es comprensible que el segundo equipo que menos faltas comete en Primera división (213, sólo superado por las 183 del Real Madrid) sea líder destacadísimo en tarjetas rojas (10) y haya tenido que jugar durante varios minutos en casi la mitad de los partidos en inferioridad numérica. Un problema muy serio que obliga a Pellegrini a tomar cartas en el asunto cuanto antes. Porque si bien ayer puede entenderse como un exceso arbitral, no siempre es así.

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