Raúl García quiere seguir y espera la llamada del Athletic para renovar

Raúl García es uno de los referentes del vestuario en el Athletic. Camino de los 37 años de edad y tercero en la lista de jugadores que más partidos han disputado en toda la historia de LaLiga -solo superado por Zubizarreta y Joaquín-, el de Zizur acumula 8 temporadas en el Athletic, club al que ha defendido su camiseta en 320 citas oficiales. «Pienso en acabar bien en junio y en mi cabeza no pasa por dejarlo. Me siento muy cómodo aquí y las cosas están saliendo. Si hay que hablar se hará y si es así no hay ningún problema. Son dos partes las que deben decidir este tipo de cosas y de momento no hay nada», explicó.

El rojiblanco aseguró que su plan personal no le quita el sueño. «No hay que ser egoísta. Lo personal no me importa porque estamos en competición. Trabajo para estar bien y encontrarme al 100%. Ya se verá cuando toque. No estoy preocupado por ello, aunque me gusta tener el futuro claro y por dónde puedo tirar. Me siento fuerte para seguir compitiendo al máximo nivel. Estoy feliz aquí y muy agradecido al club y a la afición», recalcó. Lo de acabar contrato y no tener abiertas conversaciones para renovar es una situación que se da en más jugadores de la plantilla. «Cada uno es como es y en mi caso tengo madurez. Creo que a todos nos gusta tener idea de futuro y ver qué va a suceder, pero el grupo es bueno y positivo y si hay alguien que lo pasa mal por ello se apoya en la gente», señaló.

Aquí hay dos partes. Si hay que hablar de renovación se hará y si es así no hay ningún problema, pero de momento no hay nada

Después de la reciente victoria ante el Cádiz el navarro hizo alusión al momento del equipo y significó que «más que quitarnos un peso de encima hicimos lo que teníamos que hacer. Las dudas vienen más de fuera que de dentro porque dentro siempre ha habido confianza, aunque sabes que tienes que buscar el por qué. El grupo intenta siempre dar un buen rendimiento y confiamos en nosotros mismos».

Europa y la Copa

La lucha europea está muy viva en el vestuario. «Hay que hacer las cosas bien porque hay equipos que pelean por meterse ahí. Podemos hacerlo y hay que trabajar para ser regulares. Esto es una carrera de fondo y hay que ver a qué llegamos al final de temporada, pero lo primero es preocuparse de lo nuestro«, comentó antes de referirse a la situación del Valencia, su próximo rival en LaLiga. «Da un poco de pena que un club como el Valencia pase una situación así a nivel institucional, pero tenemos claro lo que hay que hacer allí, que es hacer un buen partido y tratar de ganar», indicó.

Me gusta la semifinal de Copa con Osasuna porque espero una rivalidad de la que se pueda disfrutar

El viaje a la Copa, con la semifinal ante Osasuna, será especial por enfrentarse al primer equipo de su carrera profesional, además de ser en el que se formó. «Hablo muy claro he sido muy feliz en los equipos en los que he estado. El pero es que uno de los dos se queda fuera. Me gusta la eliminatoria porque espero rivalidad sana que se pueda disfrutar», argumentó.

Villalibre y Vinicius

El fin de semana trajo el debut de Villalibre con el Alavés y una nueva polémica alrededor de Vinicius. Villalibre ha sido compañero de Raúl García hasta hace pocos días y los dos mantienen una estrecha relación. «Vi el partido porque es un chaval que se merece que a nivel deportivo le salgan bien las cosas. El principal beneficiado es él y también el Athletic si es que le sale una temporada buena en Vitoria. Es un jugador que tiene cosas para aportar y le va a venir muy bien«.

Tanto Vinicius como las aficiones pueden hacer las cosas mejor

La opinión sobre lo que envuelve a Vinicius también la dijo sin rodeos. » Con todo lo temperamental que soy jugando creo que hay que poner cordura también en esto. Todas la partes pueden hacer las cosas mejor. Lo peor de todo es que se hable del tema del racismo a la ligera. En este caso no me gusta la polémica y creo que tanto Vinicius como las aficiones pueden hacer las cosas mejor. La falta de respeto en algunos aficionados está muy normalizado aunque no debería de ser así»