El Sevilla vuelve a sentirse fuerte en su estadio. No vamos a decir que invencible, pero sí poderoso. Ha ganado sus cuatro compromisos del 2023 en Liga, cuando en todo el 2022 se anotó una más delante de su público, con hasta siete partidos de este curso sin llevarse una alegría a la boca. El cambio de año podría decirse que le ha dado otro impulso al equipo, aunque no convendría detenerse en cier
tos esoterismos que simplemente ocultan la incapacidad o el trabajo mal hecho
. Este Sevilla se empieza a construir desde principios tan fundamentales en el fútbol actual como la
preparación física y la condición atlética
de los hombres que están sobre la hierba. Ante el
Mallorca
daba la sensación de que los sevillistas tenían dos velocidades más que su rival. Estaba mejor colocado en la hierba y siempre salía
vencedor de los duelos
. Algo tendrá que ver
que Badé se impusiera a Muriqi, Gueye a Baba o En-Nesyri al tridente de centrales
. Una columna vertebral que no dejaría pasar por la puerta de Antique ni a su dueño. Y si todo ese músculo se pone al servicio de los que tienen el duro, como
Suso
, el brillo del talento siempre sale a relucir. En este nuevo Sevilla
tendría cabida incluso el defenestrado Isco
. En la armonía del trabajo grupal siempre hay espacio para la inspiración personal. Todos se atreven. Se les anima a que dejen fluir el fútbol que llevan dentro. Y quien piense que es sencillo superar a rivales de la zona baja en la dramática situación que sigue viviendo el conjunto de Nervión es que se les ha olvidado la victoria ante el Getafe. El sevilla sigue creciendo. Partido a partido (con feos borrones como el de Barceona); fichaje a fichaje; planteamiento a planteamiento del entrenador; detalle a detalle. Todos importan. Desde dejar en el banquillo a
ciertas vacas sagradas
. No se mira el currículum, ni los servicios prestados, ni lo largo que sea el contrato de marras.
Tres cedidos al campo
. Encima siendo de los mejores. A jugar.
Para que este Sevilla haya vencido sus últimos cuatro partidos como local han tenido que suceder ciertas cosas. Principalmente, que
el equipo aguanta 90 minutos compitiendo
(preparación física) y que ya no le hacen goles de la nada.
Un tanto encajado
(en los últimos minutos ante el Getafe) y para de contar. De hecho,
Bono ha dejado de ser el mejor en cada encuentro
. En los últimos tres en casa no se le recuerdan apenas paradas. Se piensa que al Sevilla es que ahora le esperan atrás, le respetan y por eso no le agobian. No es tan así. El sometimiento es cada vez mayor.
Los jugadores han captado de una vez la idea de un entrenador que obliga a una movilidad constante
, que nadie esté mucho tiempo en el mismo lugar, que sus hombres sean indetectables, además de generar superioridades en zonas del campo donde el contrario no se atreve a salir. En cuanto a la fortaleza defensiva,
que Badé haya caído de pie es un detalle que importa
. Aún no se ha decidido qué pasará con él en verano. Es pronto. Pero que su contundencia ha ayudado al equipo es incuestionable. Juega de último hombre, incluso con ventaja en el marcador, y jamás se pone nervioso.
Su reacción al error ante Muriqi es de buen central. De estar conectado. De ir al suelo hubiese formado un lío
. Hasta
Nianzou
agradece su presencia. Le da seguridad. A sus 20 años necesitaba estímulos positivos cercanos, no marrones innecesarios.
Y de un área a otra.
¿En-Nesyri no es el mismo de hace unos meses? Claro que sí
. Ese jugador que lo intentaba todo y no le salía nada. Lo que ocurre es que necesitaba la compañía del equipo, como todo delantero.
Qué fácil es crucificar y qué nos cuesta bajarnos de un burro
. Suplicaba porque desde los costados le sirviesen buenos balones; que los compañeros leyesen sus desmarques (1-0 ante el Mallorca) o que confiasen en él lejos del área. Con algo de fortuna, la acción del 2-0 la inicia él en un movimiento soberbio para romper la defensa rival. La tercera pata es
Gueye
. Otro que parece haber caído de pie. Nos hemos cansado de decir que el Sevilla necesitaba físico en el medio.
Que Fernando, al que el DNI le delata, necesitaba ayuda. Más que un recambio, un socio
. Este centrocampista,
a medio camino entre Keita y Romaric, con permiso de Mbia
, colabora en la presión, no le quema la pelota en los pies, y es capaz de estar en las dos áreas. No va a la velocidad del rayo, pero
no se le escapa un duelo
. Un muro de hormigón en el choque. Como Badé. Como En-Nesyri. Un equipo rocoso por su simple naturaleza física.
No estábamos tan equivocados
.
Y hay
más detalles que importan
. Como que el aficionado ha olvidado por un tiempo el ruido de sables interno y se centra en la pelota. Las responsabilidades habrá que pedirlas cuando la temporada llegue a su fin y haya que recortar el presupuesto abruptamente. También llegará el momento de ver cómo de deteriorada está la relación entre los que mandan y los altos cargos de la organización. Porque los detalles hay que tenerlos presentes y cuidarlos.
Igual que Marcos Acuña ha tenido que dejar el mate y el asado
para que su pubis le dejase respirar, el Sevilla podía haber tenido el detalle de
darle lustre a su imagen ofreciendo su camiseta con el número 100
(por partidos disputados) al aficionado del Sánchez-Pizjuán. Canta a la legua (que no de lejos) que se hizo por la
exposición pública presidencial
. No es el primer día. No será el último. Es muy sencillo
abrigarse en el Camp Nou con una bufanda del Sevilla
, como gesto simbólico y, bajo mi opinión, a medio camino de nada. Sin embargo, ya salir a tu propio estadio para ovacionar a un futbolista que encima se ha sentido herido por tu forma de no echarle un cable cuando su lesión apenas le permitía caminar, no se puede. No se debe. No se quiere.
Que sólo hacía falta, si se tema tanto una pitada, que el jugador saliese con su cuadro
. Que se lo entregase una persona anónima. El Sevilla es un club que
siempre ha cuidado hasta el más mínimo detalle
, con un departamento de protocolo top al que no se le escapa nada, y ahora se saltan las más elementales normas de educación y reconocimiento por no salir en la foto. En los éxitos bien vale un codazo para ser el primero en la portada.
O para sonreír junto a Jorge Lorenzo en el antepalco
. En la pecera de la cero exposición. En fin. Detalles.
Sampaoli y Monchi los han pulido en enero
. El equipo va a más, al menos en su estadio y ante rivales inferiores sobre el papel, y la plantilla está más compensada.
Rakitic, Jordán, Acuña, Ocampos, Rafa Mir o Lamela
se quedaron en el banquillo. No es detalle menor. Les tocará jugar en
Europa League
. Porque este Sevilla debe abrazarse a todo partido oficial.
Quitarse los miedos y los complejos
. Que sienta que es un buen equipo de fútbol antes de que sea tarde para ilusionarse con otras metas. La supervivencia es la principal. No la única. Crecer desde el detalle; ganar desde los detalles; ilusionarse con todos los detalles. Porque todo importa, desde lo más mínimo.
Y pasarlos por alto marca la diferencia
.