El Athletic de Jon Uriarte sigue en construcción. Y lo hace con lagunas. El plan promovido por la Junta Directiva en la campaña electoral que les llevó a la presidencia el pasado 24 de junio hace aguas. Han pasado 236 días desde las votaciones y el organigrama prometido continúa cojo: el Athletic no tiene el director de Rendimiento que consideraron ni tampoco hay cabeza visible en el departamento de Desarrollo y Cesiones, que es donde estaba Mikel González hasta que le ascendieron a director de fútbol. El cargo de CEO estaba vacío desde el origen pues Carlos Aviña fue presentado un mediodía en plena campaña electoral y descabalgado esa noche después de constatar que el mexicano fue autor tiempo atrás de una serie de tuits excluyentes y homófobos.
Los rectores del club, que en esta segunda quincena de febrero presentarán un informe sobre ‘Diagnóstico y Reflexión de la situación del Athletic’para el que se han invertido cerca de 80 sesiones y más de 2.500 horas de trabajo distribuidas en las tres fases que tiene el proyecto (Diagnóstico, Reflexión y Plan de Acción), tienen muchos cabos sueltos en un organigrama que se ha llevado el viento. El pilar deportivo, sustentado en CEO y directores de Lezama, Rendimiento y Desarrollo, se sostiene ahora solo en las dos primeras figuras. Mikel González es el CEO, después de haber fichado como director de Desarrollo y Cesiones, y Sergio Navarro el director de Lezama.
La figura del director de Rendimiento no se anunció en campaña, pero sí se dejó caer que se trataba de un profesional de reconocido pasado porque también había tenido relación con el trabajo en selecciones. No ha habido más referencias. El director de Desarrollo y Cesiones era Mikel González, que venía con experiencia en Alavés y Eibar. El getxotarra, sin embargo, ha dado un paso adelante porque ha subido en el escalón a partir del buen trabajo realizado durante la interinidad. El Athletic fichó a Eneko Bóveda para completar el área de Desarrollo y Cesiones y el exjugador no tiene nadie por delante ni hay constancia de que vaya a ascender.
Toma de decisiones
Los buenos principios electorales necesitan de un refrendo inmediato para considerar que el camino es correcto y acorde a los postulados de cabecera. Por ejemplo, la insistencia de conseguir renovaciones por objetivos solo ha alcanzado éxito todavía en Morcillo y Villalibre, dos futbolistas que no están entre los favoritos de Valverde. De hecho, Villalibre está cedido en el Alavés. Además, otro de los puntos defendidos acerca de la idoneidad de las cesiones tampoco cumple lo dibujado: en campaña reclamaron la oportunidad de encontrar acomodo en clubes extranjeros, en ligas de segundo nivel pero con mayor competitividad que Liga Smartbank. En su descargo quedará que la primera ventana de fichajes les llegó con lo puesto y en la segunda tampoco han tenido la conformidad de los protagonistas. Y es que en el vestuario quedan jugadores a los que el club no habría tenido problemas en abrir la puerta.
La singladura es compleja, pero no por las tormentas sino por lo enrevesado de la tripulación. La dirección de Lezama propuso el relevo de Bingen Arostegi al frente del Bilbao Athletic por los malos resultados y, sin embargo, mantiene a Alex Pallarés, fichaje de Navarro, con un cuadro nefasto de puntos (6 de 33) y con nula presencia de jugadores en el primer equipo, que siempre podría considerarse como excusa. Además, desde hace semanas el club tiene contratado un metodólogo a tiempo parcial: Julio Salinas, aragonés, que trabaja por videoconferencia salvo dos o tres días por semana que acude a Lezama. Navarro confía en el arte de Salinas, con el que comparte experiencias y también un libro, pues los dos son coautores de ‘Humanizar el fútbol. Deporte y transformación social’.