El Sevilla ya está salvado. Era cuestión del paso de las jornadas, puesto que con los 44 puntos que tenía antes del domingo debían ser suficientes. Sin embargo, este equipo es otro. Ni siquiera un duelo justo entre unas semifinales europeas fue capaz de desconectar a una plantilla que siente que ha llegado su momento. Tarde para objetivos más ambiciosos en Liga, pero igualmente importantes para un club al que el final de la temporada se le ha transformado en un sueño. Y nadie quiere ahora despertarse.
Un sueño con José Luis Mendilibar como principal protagonista. Sus números son escandalosos. 19 puntos de 24, con pleno lejos de su estadio (Cádiz, Valencia, Athletic y Valladolid), además de haber jugado tres partidos entre United y Juventus (dos lejos de su estadio) sin conocer la derrota. Todas las miradas están puestas en este momento en el partido del jueves frente a la Juve, que puede meter al Sevilla en una nueva final europea. El objetivo en Valladolid era no incrementar el parte de lesionados. Su segunda unidad hizo el trabajo sucio, con goles de Rafa Mir, Papu Gómez y Tecatito, quien regresaba nueve meses después a la hierba. Hasta eso le salió bien.
Y no sólo le toca al equipo de Nervión estar centrado en esas semifinales, que son lo primero, sino que con la victoria en el José Zorrilla se ha colocado en una posición envidiable para intentar el asalto a la séptima plaza. Hay muchos equipos metidos en esa pugna por la última plaza que da derecho a jugar en competiciones europeas el próximo curso, aunque de no salir bien la eliminatoria contra los italianos, tendría otra bala el club para finalizar el año con un sabor dulce en los labios.
Y después, el derbi
Mendilibar tuvo que tirar de algunos de sus habituales en el segundo tiempo, aunque sin tener que apretar el acelerador. Había varios apercibidos, aunque ninguno vio amarilla. Podrán estar contra el Betis, toda vez que pase el duelo europeo. Dos partidos en el Sánchez-Pizjuán en una semana de locura. Mendilibar ha cumplido su palabra. Ha salvado al Sevilla. Él también está disfrutando. Y tanto que sí.