Matildas es el nombre cariñoso con el que los australianos se refieren a su equipo de fútbol femenino. Y eso justamente, amor y respaldo fue lo que les ofrecieron en Brisbane, donde se aseguró el tiquete a octavo de final.
Australia se recuperó con mucha suficiencia a la fase de octavos de final de Mundial Femenino del cual es sede, y con un 4-0 contra Canadá deleitó a su fiel afición, que tuvo que reponerse al suspenso en más de una ocasión.
Al comienzo del partido, por ejemplo, eran las americanas las dueñas de la pelota pero no sabían qué hacer con ella. En cambio la australiana Raso, en la primera pelota que le quedó, a los 9 minutos, recibió un balón en el área, controló y metió un remate inatajable para el 1-0. Sin embargo, el VAR revisó la jugada por un fuera de lugar que no existía y el gol fue convalidado.
Una más tendría Raso antes de que las canadienses se apoderaran de la pelota y tuvieran sus mejores ocasiones contra una selección local muy alentada por un público entusiasta, que en todo caso celebraría en vano una anotación que revisó el VAR de nuevo, esta vez para descubrir que la jugada no era válida.
Era la antesala de una felicidad pues a los 39 Raso volvió a ser letal y estiró a dos goles la ventaja contra una Canadá, tras un error craso de la arquera Sheridan que terminó en el 2-0 parcial.
El segundo tiempo tuvo mucho más impacto anímico de los furibundos hinchas locales, que a los 58 minutos gritaron a rabiar el tercer tanto, el de Fowler, que puso al cuenta 3-0. Y entonces se aguantó la ventaja y dos veces estuvo a punto del descuento Canadá, pero no supo nunca definir bien en cambio, sobre el cierre, un penalti revisó el VAR determinó el cuarto tanto, de Catley, para una victoria aplastante.
De esta manera Australia pasa primero, como corresponde al anfitrión de un Mundial, con 6 puntos, uno más que Nigeria, su escolta en el grupo B. La confianza del local ha vuelto a su punto más alto tras la derrota contra Nigeria. Ahora es una amenaza para todos.