Era una llave con un favorito claro y un llamado a hacer historia y no hubo sorpresa a la hora de decidir el clasificado a cuartos de final.
Japón se impuso 3-1 contra Noruega y lo dejó en el camino en octavos de final del Mundial Femenino, resultado que ratifica el potencial de las asiáticas, que han ganado sus cuatro partidos en el certamen y aspiran decididamente al título.
Será el destino o lo que sea, pero que empezar a hacer esfuerzos inimaginables, las propias noruegas abrieron el camino de su derrota. En una jugada en la que un anunciado centro fue el medio del área, Engen, a los 15 minutos, cometió un insólito autogol al tratar de despejar.
Sin embargo, a los 20 minutos encontraron consuelo las europeas, que celebraron en su fortaleza del juego aéreo: de pura potencia ganó Reiten en las alturas y emparejó las cosas.
Vino una batalla física, un esfuerzo enorme de Noruega por contener un ataque muy rápido de su oponente y a los 50 minutos caía la resistencia: Shimizu aprovechó un rebote y, viniendo de atrás, sorprendió a todas las zagueras rojas y mandó la pelota al fondo del arco.
Noruega pudo igualar cuando a Saevik envió muy abierto su remate casi frente al arco y en cambio Mizayawa no falló a los 81 minutos puso la cuenta 3-1. Faltó tiempo para la reacción, más allá de la revisión de un posible gol fantasma, que no puso en riesgo la clasificación nipona.
Japón, que no llegó con cartel de favorito, lo ha ido adornando en plena competencia. Muchos creen que puede dar la gran sorpresa. Por ahora, en cuartos espera al ganador de la llave Suecia vs Estados Unidos.