Severa derrota del Madrid, pero lo malo de perder un derbi no es la derrota en sí, sino la carita que se te queda. Al margen de ese gol anulado al Madrid (habría sido el 2-2) por un fuera de juego de Rüdiger que en otras circunstancias se ha interpretado como posicional (al no llegar a tocar el balón) y esa entrada a Rodrygo que pudo ser tarjeta roja en vez de amarilla, lo cierto es que el Atléti
co compró más papeletas
que el Madrid para llevarse el premio de la victoria.
En fin, primera derrota del Madrid en esta Liga, lo que conlleva también la pérdida del liderato. No contaba con ello, seguro. Estaba convencido de puntuar, seguro. No le iba mal últimamente en el Metropolitano. Y, sin embargo, tiró la toalla a las primeras de cambio. Vamos a ver,
¿no dijo Ancelotti el otro día que iban a corregir eso de comenzar los partidos desenchufados?
Pues que si quieres arroz, Catalina.
No iban ni cinco minutos cuando ya tenía encima el primero
. Y un cuarto de hora más tarde, el segundo.
Adiós partido, así no se le puede ganar al Atlético en el Metropolitano
. A partir de ese momento, eso es cierto, el partido transcurrió en terreno rojiblanco, probablemente por estrategia del Atlético más que por propia iniciativa del Madrid.
Y después del tercer gol rojiblanco, que desmoralizó ya por completo al Madrid, otro gol relámpago, hay que hacerse la pregunta del millón:
¿cómo le pueden rematar tres veces de cabeza en el centro del área a un equipo como el Madrid, prácticamente a placer, para más inri?
Porque así fueron los tres goles del Atlético. Tres remates de cabeza a placer en el centro del área. Para comer cerillas. Y para hacérselo mirar.
Rüdiger y Alaba
siempre han sido vulnerables en el juego aéreo, pero
en el Metropolitano se cayeron con todo el equipo.
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