La alegría e España es culpa de una atleta. ¿No era una futbolista en el Mundial Femenino? Sí, pero en su versión original fue una deserción de otro deporte la que la convirtió en estrella de la Copa en Australia y Nueva Zelanda.
Se llama Salma Celeste Paralluelo y en la vida real, o mejor dicho en sus inicios, era atleta. Su historia, como la de la colombiana Linda Caicedo, está marcada por las dificultades de una familia inmigrante, su padre catalán y su madre, ecuatoguineana, tuvieron que separarse por un tema de visado y la madre se trasladó a Suiza desde donde vio el crecimiento de su muchacha.
Salma se inició en el atletismo en el Club San José de Zaragoza, en 2017 fichó por el Scorpio, el principal club de la ciudad, se probó en el fútbol sala y saltó al fútbol ‘grande’ en el Zaragoza. Pero no renunció a nada: se levantaba a las 4:30 a.m. para entrenar en ambos deportes y ser la estudiante modelo que es.
Debutó en Segunda con tan solo 15 años -sí, como Linda Caicedo- y al tiempo fue campeona de 400 y 400 metros vallas, campeona nacional en categorías inferiores, y, en 2019, la atleta más joven en ganar una medalla nacional en categoría absoluta desde 1974. Tenía con 15 años y 3 meses
El hombre clave en su carrera fue Fernando Roig, quien le dio la oportunidad de ser futbolista en Villarreal y en atleta del Playas de Castellón. «No es cuestión de decidir uno u otro, quiero seguir en los dos y cuando no se pueda, elegiré». Y pasó. La llamó el FC Barcelona y se dedicó al fútbol.
Hoy es la figura total en su país: viniendo del banquillo anotó los goles de la clasificación a la primera final del Mundial Femenino, primero contra Países Bajos en cuartos y ahora en la semifinal contra Suecia, ambos ganados por 2-1, y todos enloquecen de felicidad a su lado.
Su peinado, su historia de lucha, su sonrisa, se parecen a la colombiana Caicedo. Hasta son rivales en La Liga, una con FC Barcelona y la otra con Real Madrid. La diferencia es que ella puede gritar campeón… para Linda aún vendrá la revancha.