Isco Alarcón ha sido como un soplo de aire fresco para el Betis. Uno de esos futbolistas a los que clubes como el verdiblanco difícilmente pueden acceder en el mercado, pero que ha llegado no solo para quedarse sino para convertirse en un líder. Ya lo está siendo sobre el terreno de juego, coleccionando galardones como MVP en los partidos de Liga de su equipo. Y parece dispuesto a serlo también en el vestuario, sumándose al grupo de capitanes de la primera plantilla.
Cuando arrancó el curso, los elegidos para portar el brazalete, tras la retirada de Joaquín y la marcha de Canales a Monterrey, eran Andrés Guardado, Nabil Fekir, Germán Pezzella y Guido Rodríguez. Con la salida del centrocampista mexicano queda una plaza vacante entre los capitanes del equipo. Un lugar que, si nos atenemos a lo visto el pasado sábado en la visita de los verdiblancos a Son Moix para enfrentarse al Mallorca, va camino de corresponderle al centrocampista malagueño.
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Fekir fue el capitán en el arranque del partido, participando en el sorteo de campos. Cuando fue sustituido, poco después de la hora de partido, el brazalete debía haber pasado a Pezzella, pero el argentino había tenido que quedarse en la caseta en el intermedio después de sufrir dos fuertes golpes en el pómulo. Con Guido Rodríguez aún convaleciente, la capitanía quedaba vacante, y quien dio el paso adelante fue Isco Alarcón.
Así, por primera vez desde que llegó al club el pasado verano, el de Arroyo de la Miel lució durante algunos minutos el brazalete de capitán del Betis. Un paso más con el que reafirma su liderazgo en el equipo en un partido en el que, nuevamente, fue elegido el mejor jugador sobre el césped. Su talento está permitiendo a los verdiblancos mantenerse muy vivos en la pelea por Europa en unas semanas complicadas, con más de 10 bajas en cada partido. Sin duda, uno de los elegidos para hacer historia en la entidad.
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