El Granada encajó una nueva derrota la pasada jornada y lo hizo sin apenas crear ocasiones de gol, en un partido donde Uzuni, su máximo artillero, no pudo pisar el césped por una lesión en el talón de Aquiles, mientras que Boyé completó el choque jugando infiltrado y con dolor.
Problemas con los que Sandoval tendrá que volver a lidiar para medirse al Valencia. A falta de dos días para el encuentro, Uzuni y Boyé no se han podido ejercitar junto a sus compañeros e intentarán apurar para llegar a tiempo al duelo contra el conjunto ché, calificado por el técnico como el «último tren» para los nazaríes.
El extremo albanés regresó antes de tiempo de la estancia con su Selección, encendiendo todas las alarmas. El club ofreció un parte médico anunciando la lesión de Uzuni, aunque un día después el jugador completó un entrenamiento suave con el resto del grupo, abriendo una rendija de esperanza.
Sandoval llegó a mostrarse optimista con la presencia de Uzuni en el Nuevo Mirandilla, pero las esperanzas se disolvieron. El futbolista se probó antes del choque para constatar que el dolor le impedía jugar, por lo que tuvo que observar resignado desde el banquillo un nuevo tropiezo de los rojiblancos. El albanés intentará forzar para estar contra el Valencia, aunque con tan pocos días para recuperarse es improbable que pueda ser de la partida, al menos, en plenas condiciones.
Por su parte, Boyé, que ya se midió al Cádiz mermado físicamente, volverá a apretar los dientes para apurar y poder ayudar al equipo en el rectángulo de juego, volviendo a ser el referente ofensivo de los granadinos, necesitados de goles.
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