El Barça lleva unos días delicados. Se despidió una vez más de la Champions League, confirmando su ausencia en la próxima edición del Mundial de Clubes y vio como su máximo rival avanzaba a las semifinales de la máxima competición europea. No ha terminado todavía la semana, que puede tener un final de terror u otro más alegre, que ayude a aliviar los golpes.
Este domingo 21 de abril a partir de las 21:00 hora española arrancará en el Santiago Bernabéu el Clásico del fútbol español. Es muy difícil, sería una hazaña a la altura de pocas, pero no es imposible que el Barcelona logre acercarse al Real Madrid en el campeonato liguero, lo único que le queda al conjunto culé, y de la vuelta a la tortilla. La clasificación de los blancos para las semifinales puede jugar a favor de los azulgranas.
Una cosa es obvia. El Madrid llega fundido después de disputar un exigente y largo encuentro de 120 minutos frente al Manchester City de Pep Guardiola. El tiempo de recuperación que tiene el equipo blanco de aquí al domingo es corto, desproporcionado al castigo que supuso el duelo en el Etihad el pasado miércoles. Probablemente veremos signos de desgaste en el bloque local.
Los azulgranas también tuvieron un reto físico importante, básicamente porque jugaron con diez durante casi todo el partido contra el PSG. No obstante, hay jugadores que llegan frescos: Araújo, que a causa de la expulsión jugó pocos minutos, Lamine, que fue sustituido por Iñigo en la primera parte, Christensen y Sergi Roberto, que cumplieron sanción. Además, el Barça ha tenido un día más de descanso. Los de Ancelotti llegarán más fatigados.
El Barcelona cayó frente al PSG contundente y dolorosamente, un año más, pero cabe recordar que gran parte de la culpa la tuvo un error puntual que marcó el partido. Los culés llevaban muchas semanas con sensaciones positivas, buenos resultados y sin perder un partido desde enero. Imbatido durante casi tres meses. Los de Xavi Hernández buscarán recuperar y corregir las claves del evidente bajón tras la expulsión de Araújo y poner el foco en lo que hicieron bien para ganar el resto de encuentros de Liga y Champions.
Para el partido frente a los merengues de este fin de semana, el Barça recupera jugadores que estaban sancionados: Lewandowski, Joao Cancelo e Iñigo Martínez. Podrán jugar todos, excepto Balde y Gavi. Los culés partirán con una clara ventaja en la faceta física. Por lo tanto, más allá de favoritismos, el conjunto catalán tiene una buena oportunidad para recortar distancias en Liga con la victoria en el Clásico. El Barça se colocaría a cinco puntos, con 18 restantes en juego.
El conjunto dirigido por Xavi Hernández tiene unas semanas exigentes por delante: se enfrentará al Madrid, al Valencia, al Girona y a la Real Sociedad, entre otros. Enfrente, no obstante, tiene a un Real Madrid que lo pasará peor, con un calendario mucho más cargado que los culés: además de los siete encuentros que quedan por jugarse en Liga les tocará el ‘premio’ de jugar dos partidos contra el Bayern de Múnich, uno de los equipos más físicos, ofensivos y rápidos de Europa, que además no tiene nada que perder.
El Barcelona ha ganado los últimos dos partidos frente al Madrid en la segunda vuelta de las dos temporadas pasadas: 2-1 en 2023 para certificar el título de Liga y 0-4 en marzo de 2022. Además, los culés ganaron en su última visita al feudo blanco: 0-1 en la ida de la semifinal de la Copa del Rey, la campaña pasada.
En la campaña 2006-07 ocurrió algo que hemos visto muy pocas veces. Una proeza que podría fomentar el optimismo culé, aunque fuera protagonizada por el equipo contrario. Antes de la jornada 26, en la que se disputó el Clásico de la segunda vuelta, el Sevilla era el líder de la Liga, a un punto se encontraba el Barça, el Valencia ocupaba la tercera plaza y el Real Madrid, cuarto, estaba a seis puntos del primero y a cinco de los culés.
Ese Clásico terminó en empate: 3-3 con el primer hat-trick de la carrera de Messi. El Sevilla perdió, por lo que al final de la jornada el Barça igualó a puntos a los andaluces y el equipo merengue continuaba cuarto. Semana tras semana, los de Fabio Capello remontaron los cinco puntos de diferencia (los mismos a los que se pondría el Barcelona si gana este domingo) y terminó ganando esa Liga tras tres temporadas sin títulos.
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