Iker Muniain se despide de San Mamés como nunca lo había hecho antes ningún otro jugador, con un evento sobre el césped de La Catedral con 26.000 personas en las gradas y sin partido por medio. «Estoy muy emocionado. Es muy difícil explicar qué siento por dentro. Me siento un privilegiado», destacó desde el centro del campo, junto a la Copa del Rey y las dos Supercopas que ha ganado en sus 15 campañas con el primer equipo y las camisetas de Athletic y Chantrea, el club de su barrio pamplonés en el que empezó a dar sus primeros pasos.
El futbolista (31 años), vestido de traje oscuro y corbata, saltó al campo de la mano de sus dos hijos atravesando el pasillo de aplausos que le hicieron sus compañeros, estos todos con camisetas con el 10 y el nombre de Muniain a la espalda. En sillas preferenciales a pie de campo se sentaron los jugadores; Iribar, que le entregó un regalo manuscrito; el presidente Uriarte y también aquellos que tuvieron importancia en otras etapas del navarro: Joaquín Caparrós, su ayudante Luci, el expresidente Fernando García Macua o los ex futbolistas Etxeberria, Gurpegui, Susaeta o Iraizoz.
«La primera persona que me habló de Iker fue Blas Ziarreta. Tenía 14 años y le dije al presidente que nos lo llevaríamos de pretemporada»
«La primera persona que me habló a mí de Iker fue Blas Ziarreta. Ese mismo día hablé con el presidente y dije que nos íbamos a llevar al chaval de pretemporada a Isla Canela», recordó Joaquín Caparrós, que fue el técnico que años después le hizo debutar. Y es que aquel verano Muniain tenía sólo 14 años. El capitán rojiblanco desveló lo que Caparrós le decía en sus primeras pretemporadas, cuando todavía era un adolescente y les daba una noche libre después de algún partido. «Señores, esta noche pueden salir….menos usted. Para usted un vasito de leche y a dormir», apuntó sacando la sonrisa de los asistentes.
Esta será siempre mi casa. Si alguna vez me necesitan aquí, estaré aquí al día siguiente
En una tarde de confesiones, el futbolista aseguró que el día que más ha llorado en este tiempo fue cuando el Athletic perdió la final de Europa League. También hubo muchas lágrimas con las dos graves lesiones de rodilla. Por el centro del campo de San Mamés fueron pasando invitados, todos relacionados con el club y la historia en el mismo de Muniain. Cantó Baby G y el actor Julián López charló con el protagonista, dejando caer la pasión que tiene el futbolista con River. Los dos se animaron a cantar «este es el famoso Athletic, el famoso Athletic club». Entremedio, Berizzo, Garitano y Marcelino, dos de sus entrenadores, intervinieron con un mensaje de vídeo.
«Esta será siempre mi casa. Si alguna vez me necesitan aquí, estaré aquí al día siguiente lanzó Muniain a una grada que le devolvió una profunda ovación antes de ser manteado por sus compañeros. Hubo tiempo incluso para que un espontáneo saltase al césped para abrazar al jugador. «Iba con una camiseta de Boca», advirtió uno de los compañeros del capitán.