Sellim Amallah ha pasado por el Valencia con más pena que gloria. Apenas 542 minutos en nueve meses dejan en evidencia su fichaje -fue una cesión por una temporada procedente del Real Valladolid- y ha sido un fiasco. El futbolista marroquí (aunque nacido en Hautrage, Saint-Ghislain, Bélgica) deja un poso amargo. Uno que persigue al Valencia con jugadores norteafricanos que no han logrado, por lo que sea, asentarse ni rendir como se esperaba de ellos.
Amallah llegaba a finales del mercado de verano tras mucha tensión en las negociaciones, pero finalmente se acometía la operación con un préstamo relativamente asequible para este club. Apenas le ha costado 150.000 euros que para cómo está el mercado, el daño es el mínimo. Pero el centrocampista nunca se ha acoplado. No ha ‘casado’ en Mestalla y lo cierto es que ha cerrado su etapa con unos números que, a sus 27 años y llamado a ser uno de los veteranos de la plantilla esta campaña que ha acabado, lo han dejado en el anonimato más absoluto.
Y es cuando llega el análisis de por qué: su llegada tardía y falta de adaptación. Una pretemporada no en las mejores condiciones físicas-emocionales sin saber cuál podía ser su destino, un corte como el que supuso la Copa África en pleno mes de enero… Razones puede haber muchas. Pero el caso es que al Valencia no le sienta bien el prototipo de jugador norteafricano. Por lo que sea.
Madjer, cesión sorpresa en 1988 pero muchas lesiones
Si Rabah Madjer que fue un jugador top de los 80, campeón del Europa y considerado uno de los mejores futbolistas en ese momento, no acabó por completar las expectativas con las que venía… A partir de ahí puede pasar de todo. Llegaba del Oporto campeón y vino para apenas seis meses. Pero el argelino no acabó de cuajar. Las lesiones y la irregularidad apenas dejó destellos de calidad en momentos muy puntuales.
Moussa Saïb, visto y no visto
El actual jugador del Valencia no es el único. La memoria histórica lleva a Moussa Saïb. El argelino apenas vistió del Valencia unos meses. Llegó del Auxerre francés con una gran vitola de director de orquesta, pero se hundió. Tuvo que salir en la siguiente ventana. No acopló en absoluto. O Bakkali, que si bien nació en Bélgica, cuenta con orígenes norteafricanos, y tampoco cuajó.
Esto viene a resumir que en el ValencIa los jugadores norteafricanos no acaban de entrar en sintonía. Y es lo que le ha sucedido a Sellim Amallah. El marroquí llegaba con ese aire nuevo que podía darle al equipo esta temporada y más bien ha sido lo contrario. No ha acabado de mostrarse. Y cada vez ha ido a menos hasta prácticamente desaparecer.